
Gracias a Xavier Mercadé, me entero de la última noticia con respecto a la visita de Brandon Flowers a Barcelona, un ejemplo de la consideración que tiene el fotoperiodismo en nuestros días.
Brandon Flowers es el cantante del grupo The Killers y vino a presentar su nuevo álbum en solitario. Actuó en la Sala Razzmatazz y no permitió que los fotógrafos realizaran su trabajo.
Brandon Flowers es un tirano. Explicaré por qué.
Brandon Flowers no permite que los fotógrafos trabajen porque así pretende obligar a los medios que quieran informar sobre su actuación a utilizar las fotografías que él distribuye gratuitamente. De este modo, quiere obligar a que sólo se publiquen las fotografías a las que él haya dado su consentimiento.
Es decir, quiere imponer su imagen, al igual que hacía Stalin años ha. Ergo, Brandon Flowers es un tirano.
Brandon Flowers no tiene ni idea de fotografía.
Permite descargar una serie de fotografías, seis. De ellas, ni una sola se acerca a los mínimos niveles de calidad exigible para su publicación en un medio serio. Todas las fotografías están realizadas con una de las mejores cámaras que existen actualmente para la fotografía de conciertos, la Canon 5D MkII, con lo que se demuestra, una vez más, que una buena fotografía no es mérito de la cámara sino del fotógrafo que la utiliza. Quien realizó esas fotografías es un absoluto inepto y no merece llamarse fotógrafo. Quien las aprueba y distribuye, Brandon Flowers, no tiene ni idea de fotografía.
Juzgad por vosotros mismos. Os las podéis descargar
aquí.
Con lo cual, concluyendo, tenemos a una celebridad del momento, Brandon Flowers, que pretende dictar la imagen que de él salga en los medios y hace llegar unas imágenes que harían sonrojarse a un estudiante de fotografía.
La pregunta importante de todo esto es ¿y qué hacen los medios al respecto? ¿Aceptarían que Flowers les enviara las críticas de sus actuaciones redactadas por él mismo o alguno de los integrantes de su séquito? Porque lo que pocos parecen tener claro es que con las imágenes también se puede hacer crítica, se puede transmitir una idea con respecto a un tema, incluso dar opinión.
Si los medios publican una sola de las imágenes suministradas, ellos también contribuyen a la muerte del fotoperiodismo, a la degradación de la información que se hace llegar a la audiencia. Pero ¿están interesados en mantener un mínimo nivel de calidad en sus publicaciones o comulgarán con piedras de molino para hacerse eco de aquello que crean les puede hacer aumentar sus paupérrimas ventas?
La conclusión, a modo de justicia divina, es que, al final, Flowers sólo dispondrá de una colección de vergonzosas imágenes que enseñar a sus nietos. Parco botín para alguien tan preocupado por su imagen.
Lo dicho, justicia divina.
En la foto, Sophie Unger, en el BAM 2010. Uno de aquellos músicos de verdad que no se preocupan por censurar a otros sino por ofrecer lo mejor de ellos mismos.
Buenos días.