30.9.10

MI BERLÍN


Hay canciones que requieren, que exigen de una cierta actitud. Hay canciones que deben interpretarse como quien parte el océano desde un mascarón de proa, inclinándose contra los elementos. Viendo a Olof Arnalds, me resulta evidente que estaba interpretando un estándar alemán de tiempos de la República de Weimar. ¡Ah qué tiempos aquellos en los que Berlín era un hervidero de libertad, cultura y depravación! Como si supieran que, en breve, sus ansias de vivir al límite se iban a ver frustradas bajo la férula nazi.

Olof Arnalds me retrajo a aquellos tiempos con una interpretación estupenda, cercana en timbre y sonoridad a la fabulosa Dagmar Krause, insuperada cantante de aquellas miniaturas trenzadas por Kurt Weill, Hanns Eisler y Bertolt Brecht. Fue todo un descubrimiento en el BAM de este año.

Buenos días.

29.9.10

LUCHADORES DE CRISTAL


Imagínense a unos hippies de los 60 que se han teletransportado a la actualidad y substituyen sus mantras por beats electrónicos, aderezados con instrumentos tradicionales, que eso siempre viste. Lucen movimientos erráticos, miradas al vacío y posturas estudiadas. Se supone que son la última sensación. Bueno, las últimas sensaciones acostumbran a ser efímeras. Les deseo lo mejor, como siempre hago con quién se enfrenta a un instrumento. Pero, para mi, son sólo pandereta. Mucha pandereta.

Buenos días.

27.9.10

UNA MANO EN EL AIRE


Una mano inmóvil, en aire, congelado el movimiento que seguía el ritmo de la música. Una centésima de segundo fosilizada, que ha dejado de ser experiencia para convertirse en memoria tan pronto como el fotógrafo ha separado su dedo del disparador. La imagen detenida, en suspenso, es como el calderón en la música (Según la RAE, frase o floreo que el cantor o el tañedor ejecuta ad líbitum durante la momentánea suspensión del compás.). La congelación del instante, el recuerdo de una sensación, la capacidad evocadora de la fotografía.

A finales del XIX, se retrataba a los muertos. Seguro que más de uno se sentirá incómodo hacia esa antigua práctica en una sociedad como la nuestra que niega la enfermedad y la muerte. Simplemente, pretende que no existen. Hasta que nos llega el momento, claro. La fotografía como último memento mori, postrero intento de conseguir un recuerdo imborrable. Vana pretensión, pero humana. Como decía Fritz Lang, no importa el resultado, sino la lucha.

En la fotografía, Hindi Zahra, en el BAM 2010. Su voz tenía matices que hacían recordar a Billie Holliday. Su música era bastante menos inspiradora.

Buenos días.

21.9.10

COMPARTAN SU VIDA CON UN AMIGO DE VERDAD


Les presento a Rocco. Un día les explicaré por qué cúmulo de coincidencias y vicisitudes ha pasado a formar parte de la familia. Pero hoy lo muestro para hacer una pequeña reflexión sobre felinos y cánidos, sobre esos pequeños animales que un día entran a formar parte de nuestras vidas y las hacen mucho más ricas, intensas y plenas.

Recientemente se han publicado estudios en los que se explican los beneficios que estos animales ofrecen a los humanos que habitamos con ellos. Han descubierto el Mediterráneo, vaya. Desde muy antiguo son conocidos dichos beneficios. Sólo hay que ver que en muchos hospitales que tratan enfermedades mentales tienen gatos. Hacen que los enfermos dejen de considerarse los centros del universo y tengan alguien a quien entregar su amor y atención. Además, ayudan a ejercer la responsabilidad.

¡Ah, la responsabilidad! Cuántos han desertado de ella y han abandonado a sus animales como quien deja un juguete roto, sin tener en cuenta que piensan y sienten. Y sufren.

Rocco me ha puesto en contacto con unas personas que se dedican a recuperar a estos animales traicionados e intentan buscarles una nueva familia. Les adjunto uno y dos ejemplos de lo que digo.

Si por cualquier motivo no pueden hacerse cargo de ellos, pasen la palabra, por favor. Se merecen una vida mejor. Y quien se ocupe de ellos se sentirá mucho mejor. Palabra.

Buenos días.

20.9.10

LA EDAD DORADA


Lo que están viendo es la reproducción de una diapositiva. Para quien no lo sepa, la diapositiva es un tipo de película fotográfica, de esas que se utilizan en las cámaras analógicas. Sí, todavía se vende y se procesa. En este caso, la película es un carrete Fuji Provia 100F que había caducado en el 2001. Casi diez años después, sigue dando estos resultados. La película fue impresionada en una Leica M3 del año 1965 utilizando un objetivo Leica Summarit, de distancia focal 50 mm, de la misma época. Cámara y objetivo tienen, pues, cerca de medio siglo de vida. No necesitan recargar baterías, sólo un par de manos, un ojo y cerebro tras el visor. Miren la fotografía. ¿Obsolescencia, dicen?

Tomada durante una sesión en la Costa Brava, bajo un calor aterrador.

Buenos días.

16.9.10

VISA POUR L’IMAGE. UNA VISIÓN CRÍTICA


Soy un apasionado. Cuando me gusta algo, me gusta con pasión. Pero no quiero ser un fan. Un fan es alguien que ha renunciado a su espíritu crítico. Y el espíritu crítico es fundamental, porque es la base para la mejora. Al igual que pretendo ser mi mayor crítico, también analizo los errores en aquello que aprecio.

El Visa pour l’Image, el festival de fotoperiodismo de Perpignan es un ejemplo de lo que digo. Amo el festival porque es una iniciativa necesaria, y más en estos tiempos de crisis de la percepción social del fotoperiodismo (no del fotoperiodismo en si). Amo su filosofía de abrir la fotografía a la gente, a la calle, bien alejada de salas de exposiciones tradicionales; amo su espíritu combativo pero, ¡ay!, su edición de este año mantiene y aumenta las suspicacias que ya me provocaba en años anteriores.

El punto de partida de mis críticas es el siguiente:

Un fotoperiodista no es un notario de la realidad. Es un intérprete.

Pueden o no estar de acuerdo con esta afirmación. Para mi es fundamental.

El valor que doy a un fotorreportaje es la capacidad que tiene el fotógrafo de interpretar una realidad y mostrárnosla según su visión. Su propia visión. Llámenle estilo, capacidad espacial, maestría en el uso de luces, sombras, colores, visión fotográfica o lo que sea. Es eso lo que diferencia a un fotógrafo de verdad de una persona con una cámara. Ni el modelo ni los carnets acreditativos: la visión.

Y Visa pour l’Image hace años que olvida ese algo especial, esa visión única que aporta el valor a la fotografía. Parecen más interesados en mostrar reportajes lejanos (ya saben, el exotismo vende), la consabida guerra de Estados Unidos contra los intolerantes con petróleo, o la explotación morbosa de la diferencia, con un regusto al “Freaks” de Tod Browning. Me refiero a la exposición “Eloi, niño burbuja” que, aparte de mostrarnos a un bebé que necesita estar encerrado para sobrevivir no presenta ningún —repito, ningún— valor fotográfico.

Había colecciones que sí merecían el viaje: El uso maestro del color por William Albert Allard, la retrospectiva de William Klein, algunas de las fotos de Stephanie Sinclair sobre la poligamia en Estados Unidos, entre otras. Pero lo triste es que la mayoría de ellas eran de veteranos fotoperiodistas que hablaron con imágenes hace ya décadas. ¿No hay jóvenes con visión propia? No me lo creo. Todo apunta a los criterios de selección de Jean-Paul Griolet y equipo. Hasta él reconoce en su editorial que “algunos nos reprochan que estamos estancados”. Bien, yo no les recrimino eso. Para mí, están acomodados, que no es lo mismo, sino peor.

7.9.10

PORTADA Y EDITORIAL DE MODA EN CALLE 20


Siempre es una alegría ver un trabajo publicado. Y más, cuando se trata de una colaboración de un equipo absolutamente entregado para dar lo mejor de ellos mismos. Sin personalismos, sin envidias, sin otra intención que no sea lograr un objetivo común. Es difícil ver algo así en el mundo de la moda, “mundo de perras”, que afirmaba Krizia Robustella.

Pues es por ello, por haber formado parte de este equipo compenetrado, entregado, que ha dedicado horas y esfuerzos, muchas veces inaprehensibles en una sesión fotográfica, que me siento tan contento. Emocionado. Es por ellos: por Fer, Meritxell, Albert y Carles, que esto ha sido posible. Sin su confianza y colaboración, esta pequeña locura no habría existido. Y ahora se ha substanciado. En blanco y negro y en color. En las páginas de una revista.

Si quieren ver el resultado, sólo tienen que ir aquí.

Portada y páginas 42 a 49.

Buenos días.