Showing posts with label fotografia. Show all posts
Showing posts with label fotografia. Show all posts

30.10.16

El viaje a la intrascendencia

Hace muchos años, en los inicios de la fotografía, las personas se fotografiaban con sus seres queridos fallecidos.

La situación, que ahora nos puede parecer chocante, denotaba una voluntad de trascendencia, de intentar fijar el recuerdo de aquél que nos ha dejado. Mostraba tanto el amor por el fallecido como el respeto por aquel medio que nos ofrecía una ilusión de pervivencia.

Dentro de muchos años, si alguien se preocupa en ver nuestras imágenes, probablemente se sorprenderá del cambio en la intención de nuestros retratos. De la voluntad de trascendencia a la repetición ad infinitum de poses intrascendentes. Del abrazo a los seres queridos, aunque muertos, al abrazo perenne a nuestra autoestima, muertos aunque vivos.

2.5.16

La mirada susurrada


Vivimos vidas minúsculas. Al contrario de lo que pretenden hacernos creer las redes, ni somos estrellas en potencia ni nuestras vidas interesan. Transitamos este mundo compartiendo experiencias, quizás nimias, relevantes únicamente para nosotros. En este universo lleno de egos y subjetividades, una exposición que muestre la vida cotidiana de su autora puede hacernos pensar en otra oda al narcisismo. No es el caso.
Desde su título, Microvida, desde su presentación, con minúsculas imágenes realizadas con móvil, Silvia R. May nos demuestra que es consciente de su propia finitud. La exposición nos obliga a acercarnos, a establecer un diálogo próximo con las imágenes, como si se tratara de una conversación al oído.
Esa aparente insignificancia, se topa, sin embargo, con la mirada propia, atrevida, de Silvia, que convierte un hecho intrascendente en imagen icónica. Y así, casi en susurros, como si no se atreviera a valorar lo que presenta, nos envía un mensaje multiplicado en cada una de las escenas que muestra. Nuestras vidas insignificantes, formadas por esos días en los que parece que nada pasa, se presentan, sin embargo, como fascinantes si somos conscientes de que son la materia que conforma nuestra existencia, y si son contadas con una visión propia, alejada de las dictaduras modernas del feísmo y de la ocurrencia banal. Una exposición que logra imágenes esenciales de nuestro devenir diario, un gran trabajo.
Más información, aquí.

25.10.13

Recuerdo a Morten


Este joven saxofonista que ven en la imagen no está ya con nosotros. Falleció esta semana, demasiado pronto, sin motivo, sin otra razón que la suerte, que decide que unos sobrevivamos día a día, sin darnos cuenta, como dándolo por sentado, mientras otros ven truncado su camino de manera brutal y precipitada.

No le conocía. Sólo tuve una ocasión de coincidir con él, hace tres años, cuando tomé esta fotografía.  Pero puedo hacerme una idea de su personalidad viendo las reacciones que está suscitando su marcha.

Morten era saxofonista de jazz. Conocido y querido en las What The Fuck! Jam Sessions que se desarrollan cada lunes en el club Jamboree de Barcelona. Dos reflexiones, a cuenta de ello.

La primera. El jazz es, para mí, un perfecto reflejo de lo que tendría que ser nuestro día a día. Es por definición una música libre, pero que exige un gran nivel de compromiso. Tocar jazz es intentar dar cada día lo mejor de ti, improvisar, modificar lo que ya sabías con la intención de llegar a una verdad superior. Para que el jazz esté vivo tienes que sorprender y sorprenderte. No sirve el acomodamiento, el desapego. Cada día algo nuevo, algo mejor. Ojalá seamos capaces de lograrlo en aquello que emprendemos.

La segunda. La fotografía como fijación de un instante para la posteridad. Como memento mori y prueba de lo que hemos conseguido en vida. Como presente que se torna pasado y que adquiere nuevas capas de verdad que se posan sobre ella con el paso del tiempo.

Morten se ha ido antes de tiempo, pero quizás haya vivido más vidas que los que continuamos aquí. Miro la foto y recuerdo que, hace tres años, empecé a escuchar su solo antes de que lo localizara en el concurrido local en el que tocaba. Ahora es su imagen la que permanece aunque su saxo ha enmudecido. Todos vamos a desaparecer, pero algunos serán recordados. Recuerdo a Morten.

19.9.11

DOS PERSPECTIVAS COMPLEMENTARIAS SOBRE LA EDICIÓN GRÁFICA

Pepe Baeza, durante su intervención.

Muy interesante la jornada de Caja Azul dedicada a la edición gráfica, con dos expertos en la selección de imágenes, Pepe Baeza, editor gráfico del magazine semanal de La Vanguardia, y David Airob, fotógrafo y editor gráfico, durante tres años, de dicho diario. Baeza trazó una perspectiva teórica, en la que analizó tendencias y aspectos sociales y económicos que afectan a la edición, mientras que Airob fue mucho más concreto en su exposición, trufada de ejemplos del día a día.

En su reflexión, Baeza defendió una apuesta por la edición visual unitaria, que contemple, desde un punto global, fotografía, imagen, diseño e infografía, si bien, reconoció que los editores gráficos hacen lo que pueden, rellenando los huecos que les dejan en las páginas.

En comparación con el resto de elementos gráficos, Baeza antepuso el valor diferencial de la fotografía, su dimensión testimonial. En este sentido, especuló sobre las críticas a la fotografía documental como intentos, por parte del poder, de horadar esa capacidad de la fotografía para explicar qué está pasando. Puso como ejemplo la potenciación, desde los años 80 de la fotografía de “celebridades” en detrimento de la fotografía documental y enmarcó esta tendencia en la evolución de un capitalismo cada vez más salvaje.

También se posicionó apostando por el fondo ante la forma. Reconoció que “una fotografía bella es muy eficaz, pero ha de estar al servicio de un discurso más profundo”. Y alertó a los fotógrafos presentes: “¡Cuidado con los dictados del poder estético”. En este sentido, denunció un tipo de fotografía descontextualizada que, o muestra a personas ante una pared (lo que denominó jocosamente como “fusilados”) o entornos sin presencia humana; discursos fotográficos que impiden la interrelación entre persona y entorno y que “pueden exponerse sin problemas en salas de consejos de administración”.

Insistió en que el fotógrafo ha de trabajar en equipo con otros expertos de disciplinas sociales para estar informado y tener datos para interpretar aquello que está viendo. La visión fotográfica, apuntó, depende de él, pero no puede permitirse cubrir un tema desconociendo las implicaciones que comporta.

Baeza finalizó su intervención destacando la necesaria colaboración entre editor y fotógrafo, para llegar a un consenso sobre la edición gráfica de un tema. Quiso destacar que el editor ha de tener muy claro que no es un autor sino que ha de aportar la mirada crítica al trabajo del fotógrafo.

David Airob analizó numerosos casos prácticos de edición de imágenes.

Tras la ponencia teóricamente intensa —y apasionante— de Baeza, David Airob bajó al foso del día a día y desde allí explicó, de manera amena y muy instructiva, las dudas y decisiones que plantea la edición gráfica, con ejemplos concretos.

Comenzó criticando la manida frase de los redactores cuando afirman que “todas las fotos tienen corte”, para explicar que considera un gran error "que los redactores vean, y, en ocasiones, seleccionen las fotografías”. Según Airob, eligen siempre la imagen más obvia cuando un detalle puede potenciar y complementar el sentido de la pieza.

Al igual que Baeza, Airob destacó la importancia de la imagen: “El elemento que nos hace detenernos en una página es la fotografía”. Hablando de su dimensión testimonial, dejó claro que “si una fotografía es la imagen del día y puede afectar al lector porque tiene sangre, pues que se joda el lector”. En este sentido, explicó que “una fotografía de una catástrofe en la que se ven edificios destruidos pero no aparecen muertos, está censurando la realidad”.

También planteó sus dudas sobre los límites entre lo correcto y no en la edición gráfica, a partir de las posibilidades de manipulación de la imagen gracias a la tecnología digital. Contrapuso la obra de dos reporteros como Goran Tomasevic, muy directo, y Marco Longari, con un discurso más esteticista, que utiliza viñeteados y desaturaciones para centrar la atención del espectador. Reconoció que se siente más cercano a Tomasevic porque los retoques de Longari son un recurso que parece hecho para atraer al lector, mediante la estilización de realidad. Tras presentar el trabajo de ambos, nos sorprendió con unas fotografías que presentó como de Longari (con sus desaturaciones, tonos fríos y viñeteados) para, acto seguido, reconocer que eran imágenes de Tomasevic, pasadas por diversos filtros de Photoshop que imitaban los procesos del fotógrafo italiano. “Se tarda menos de un minuto en convertir un Tomasevic en un Longari”. Tras el juego de manos, reconoció que su preferencia por Tomasevic era personal y que la potenciación de imágenes mediante viñetas y contrastes forma parte de la historia de la fotografía y es consustancial al blanco y negro.

Una perspectiva global, con implicaciones sociales y políticas, y otra cotidiana, cercana. Dos formas complementarias de acercarnos a la edición gráfica en una jornada que ofreció abundante materia para la reflexión.

12.11.10

EL ESPEJO


Hoy toca egoblog.

Hoy Underdogs, magazine online de arte y tendencias, tiene la ocurrencia de colocarme en su portada. Y yo contento, oigan, a la par que avergonzado. Dicen que cuando un periodista es el protagonista de su historia algo empieza a ir mal. Y así me lo parece. Pero, a pesar de esa cierta incomodidad, me siento totalmente identificado —para bien y para mal— con el trabajo de edición que ha hecho Bill Jiménez, aparentemente sencillo, sólo aparentemente, y eficaz. Ordenar el hilo de mis pensamientos suele ser difícil, lo sé por experiencia, así que me quito el sombrero ante Bill. Me ha colocado un espejo para que me observe con detalle. Y me gusta el espejo.

¿De tendencias? ¿A mi edad? Bueno, me permitirán una sonrisa sardónica al pensarlo.

La cuestión es que, si les apetece leerlo, lleguen a responder a la pregunta ¿aporta algo? Espero que la respuesta sea afirmativa. Y si no, disfruten, que criticar nos gusta a todos.

Buen fin de semana.

26.10.10

CAMPING – EL VÍDEO MATÓ A LA FOTOGRAFÍA


A veces, la ausencia de luz puede ser tan interesante como su presencia. A veces una sombra proyecta luces. En algunas ocasiones hay que mirar en derredor y no enfocar al supuesto protagonista. El concierto de Camping en la BeCool. No pude disfrutarlo como hubiese deseado. Son las consecuencias de desear tener la capacidad de desdoblamiento.

Desdoblamiento como el siguiente: Poderles mostrar una galería de fotos de la actuación:

Y un vídeo de una de sus canciones:

La confluencia entre imagen fija y vídeo, gracias a las nuevas tecnologías aplicadas en las cámaras digitales, puede significar el final de la fotografía como la entiendo. Esa disciplina en la que el momento en el que disparas puede tener tanto valor como el encuadre que eliges.

Las cámaras de fotografía digitales permiten filmar vídeos. Ya se han empezado a utilizar, por sus características visuales (más cercanas al cine que al vídeo tradicional) en vídeos musicales e incluso en series de televisión. Por el momento, el vídeo es una función adicional, extendida. Pero la industria ya está dando pasos para invertir el concepto, para que las cámaras, que serán de vídeo, permitan seleccionar de entre sus fotogramas, aquel que más nos convenza. Es decir, se pierde la edición en el momento del disparo, la importancia de la decisión del fotógrafo. ¡Si Cartier-Bresson levantara la cabeza!

Buenos días.

20.9.10

LA EDAD DORADA


Lo que están viendo es la reproducción de una diapositiva. Para quien no lo sepa, la diapositiva es un tipo de película fotográfica, de esas que se utilizan en las cámaras analógicas. Sí, todavía se vende y se procesa. En este caso, la película es un carrete Fuji Provia 100F que había caducado en el 2001. Casi diez años después, sigue dando estos resultados. La película fue impresionada en una Leica M3 del año 1965 utilizando un objetivo Leica Summarit, de distancia focal 50 mm, de la misma época. Cámara y objetivo tienen, pues, cerca de medio siglo de vida. No necesitan recargar baterías, sólo un par de manos, un ojo y cerebro tras el visor. Miren la fotografía. ¿Obsolescencia, dicen?

Tomada durante una sesión en la Costa Brava, bajo un calor aterrador.

Buenos días.