30.4.09

CAPAS


Identidad: 2. f. Conjunto de rasgos propios de un individuo o de una colectividad que los caracterizan frente a los demás.
3. f. Conciencia que una persona tiene de ser ella misma y distinta a las demás.


La definición de la RAE da a entender que nuestra identidad es algo único y homogéneo que nos caracteriza “frente a los demás”. A grandes rasgos puede presuponerse que sí, pero creo que los individuos tenemos diferentes identidades, que se acumulan en forma de capas, o si quieren, en una hilera consecutiva de puertas que van vedando los diferentes ámbitos de acceso permitido a los otros. A esto hay que añadir la interpretación que hace el otro de nosotros, siempre propia y diferente. Vaya, para intentar aclararlo un poco más, que nuestras identidades varían en función de la proximidad —confianza— con el otro que, a su vez, reinterpreta esa imagen que le ofrecemos de nosotros mismos.

El tema tiene bemoles, porque si actuamos de manera diferente y ofrecemos visiones de nosotros “a la carta”, ¿construimos una identidad para nosotros que permita autojustificar nuestras acciones cuando quizás no las aceptaríamos en el otro? ¿Somos cada una de esas identidades que ejercitamos ante los otros o alguien ajeno a ellas, que las utiliza como señuelo? ¿Quién somos realmente?

Estas preguntas, entre otras, centraron ayer noche una interesante conversación en un recoleto bar del Ensanche barcelonés. Así da gusto arañar horas al sueño.

En la fotografía de hoy, John & Jehn, una suerte de The Kills francófonos, aunque estoy convencido de que odiarán la simplificación. Actuaron en el minifestival “Las chicas la lían” y subieron la temperatura del respetable unos cuantos grados con sur rock visceral.

Buenos días.

29.4.09

UN DESENLACE Y UN PRELUDIO


El pajarillo del que les hablaba ayer ya no permanece en el suelo del garaje y las migajas que le dejé han desaparecido también. Si fuera optimista e ingenuo, diría que seguramente se ha recuperado tras comer y ha emprendido el vuelo. Como no lo soy y tiendo más a cenizo, diré que creo harto improbable que el animal se recuperase en tan corto espacio de tiempo. Y añadiría que el suelo estaba sospechosamente limpio, como si alguno de los vecinos considerase una imagen incómoda ver al pobre animal y decidiese tirarlo a la basura, vivo y todo.

Cuando llegué ayer al aparcamiento me sentí perdido, buscando a la pequeña bestia alrededor de donde solía reposar. Nada. Evaporado. Y justo cuando ya había diseñado la logística para llevarlo a un veterinario para, por lo menos, salir de dudas sobre su estado. Soy cenizo, pero tengo mi corazoncito. Qué pena.

Pero no quiero dejarles con mal sabor de boca. Estamos en primavera y no todo son duelos y tristezas. Ahora toca hablarles del preludio. Y para ello, nos remontaremos al 23 de abril, cuando actuaron Will Johnson (en la foto) y los Clem Snide de Eef Barzelay. A Johnson le tocaba el ingrato papel de telonero (por ello lo del preludio), de animador para calentar motores ante el artista principal de la noche. Pues cuanto más tiempo pasa, más claro tengo que Will Johnson superó en intensidad, emoción, concreción y belleza al supuesto cabeza de cartel. Johnson es una de aquellos americanos que puedes imaginarte ante una llanura desierta con una gorra, una espiga de trigo en la boca y tarareando, acompañado de su guitarra acústica, una de sus melodías. Para él. Porque sí. Porque disfruta haciendo música. Y se le nota, vaya si se le nota.

Les dejo en compañía de una de sus canciones, que empieza melancólica y después provoca un chute de endorfinas. Porque sí. Porque todos necesitamos que de vez en cuando nos levanten el ánimo. Y pocas armas tan poderosas como la música.

Buenos días.

28.4.09

SÓLO UNA VIDA


El domingo encontré en mi aparcamiento a un pequeño pájaro, quizás un gorrión —ruego disculpéis mi desconocimiento del reino animal, lógico, por otra parte, en un urbanita como yo—. Pues, como decía, apareció ante mis pies un pequeño pájaro, bocabajo, el pico apoyado en el duro cemento, inmóvil excepto por las pequeñas oscilaciones de sus pulmones. Quizás la tormenta le había golpeado, quizás padecía alguna enfermedad.

El hecho es que me quedé un momento observándolo. Al ritmo de su respiración, la congoja se fue apoderando de mí. Cogí su pequeño cuerpo, caliente, entre mis manos, y le di la vuelta, por si podía descubrir el motivo de su quietud. Y entonces vi su mirada aterrada, el pico abierto que boqueaba y parecía gritar su miedo. Movía sus pequeñas patas como intentando alejar la muerte de sí. Lo dejé en el suelo, pensando que, a mi vuelta, ya estaría muerto.

Lo cierto es que todavía continúa allí, inmóvil, luchando por su vida. Ayer le dejé migajas de un croissant, por si podía comer. No las ha tocado. Parece ligeramente más despierto, pero sigue quieto. Es sólo un individuo, sólo una vida. Sobreviva o no, nada cambiará. Pero quiero que viva, porque me reconozco en él.

Buenos días.

27.4.09

PRIMAVERA


Bien sabido es que la primavera dura un suspiro en nuestro clima mediterráneo. Pasaremos del tabardo a la manga corta antes de que podamos disfrutar de ese entretiempo caprichoso y bello que, cuando apenas se intuye, ya ha pasado. La naturaleza se despereza, las flores celebran su nacimiento y atraen a los insectos —y a nosotros— con sus bellos colores. Y dejamos de ver en blanco y negro para arrebatarnos con ese azulísimo cielo, con ese festín de tonos expansivos que nos rodean.

Es difícil ser optimista en invierno. Y pesimista en primavera. Celebremos pues esta explosión de vida.

La fotografía, tomada ayer domingo en las afueras de Girona.

Buenos días.

24.4.09

LA SOLEDAD DEL BUFÓN


Eef Barzelay y sus Clem Snide publicaron bellos álbumes con melodías y letras inteligentes que mezclaban melancolía con humor. El grupo siempre fue un proyecto de Barzelay, pero contaba con músicos no únicamente competentes sino que enriquecían el producto final con sus originales aportaciones.

Clem Snide murió por la falta de éxito y por el desencuentro entre Barzelay y el otro cerebro en la sombra, el multiinstrumentista Pete Fitzpatrick, durante las mezclas de “Hungry Bird”, hace ya tres años. Tras la disolución, Barzelay ha editado álbumes en solitario que no parece que hayan roto ningún techo comercial. Por eso, tres años después, ha resucitado la marca con dos músicos competentes —curiosamente, el bajista, Brendan Fitzpatrick, es primo del anterior integrante del grupo—, pero sin que sus aportaciones resulten enriquecedoras. Barzelay parece encerrado en su propia cárcel. Y lo que es peor, es consciente de ello.

Durante toda la noche, no paró de autoproclamar que eran Clem Snide, como si no se lo creyera. Fue un buen concierto, sin duda; con altibajos, como es habitual con Barzelay. Con bromas constantes, un cierto pose de amargura vital y gran música. Pero, aun siendo la propuesta más que respetable, parecía una banda de versiones que vivía del pasado. Me gustaron con moderación.

Nada que ver con el supuesto telonero, Will Johnson, otro dirige grupos a su medida. En este caso dos, South San Gabriel y Centro-Matic. Solo ante el público, nos demostró que no se necesitan grandes alardes para hacernos tocar el cielo. Únicamente transpirar música y honestidad en cada gesto, en cada inflexión. Provocó lágrimas. Y no exagero.

En la foto, Eef Barzelay, ayer noche, ante los focos.

Hoy continúo en retiro obligado por cuestiones laborales. Pero es viernes.

Buen fin de semana.

23.4.09

CUENTO BREVE DE SANT JORDI


—¿Me quieres?— preguntaba ella, con voz trémula —¿De verdad me quieres? ¡Respóndeme! Y me miraba fijamente. Sus ojos intentando interpretar algún signo, un gesto que le hiciera comprender. Las lágrimas pugnaban por desbordarla. —Hoy es Sant Jordi. Los amantes se regalan libros, rosas, algo que… que les demuestre que se quieren. Es… como un pacto. Y tú… ¿A qué viene esto? ¿A qué?

Su cuerpo agitado, la espalda a punto de sucumbir ante las sacudidas, el dedo índice señalando el libro. Lo cogió entre sus manos crispadas y lo lanzó al suelo. Huyó mientras vencía su llanto. Oí el portazo, los pasos en sordina, disminuyendo de intensidad al descender los escalones. Incapaz de reaccionar, notaba el dolor de sentir que la perdía. Ahora, en este momento, al mismo tiempo que se extinguían los últimos sonidos de sus pasos. Miré el libro a mis pies, el lomo apoyado en el suelo de la habitación. Hojas abiertas como un ave herida. Vacías. ¿Cómo decirle que quería que llenara las páginas con su presencia, que la historia la debíamos escribir nosotros?

En la foto, la bajista Rebecka Kristiansson, del grupo Audrey, durante su actuación en el minifestival “Las chicas la lían”, en la Sala Apolo. No creo que pueda estar muy comunicativo ni hoy ni mañana. Ruego me disculpen hasta que me sea posible responder.

Buen día de Sant Jordi.

22.4.09

RITMOS CIRCADIANOS


No me habían educado para esto.

En teoría, con una edad cercana a los 40 años, uno debe haber estabilizado su estatus, mirar de reojo el resto de la vida laboral y contemplar como se marchita progresivamente, recordando con envidia la juventud. Me decían que la carrera permitía situarse, que se debía conseguir un puesto de trabajo estable y languidecer mientras se suman galones. Bueno, también decían que dios existe.

Y aquí estoy, cercano a la cuarentena y sintiendo que hay muchos más caminos por hollar de los que he andado hasta ahora, abrumado por las posibilidades y emocionado ante las disyuntivas. Sé que mi cuerpo comenzará a pasar factura, pero mientras las limitaciones no sean excesivas, voy a seguir haciendo caso omiso de los ritmos circadianos, del comportamiento que socialmente se me supone. Siempre he sido un individualista, un optimista bien informado, pero vital.

Miremos al frente. El pasado será bueno cuando no nos quede nada más.

En la fotografía, la bella y competente Anna Tomlin, batería y una de las vocalistas del grupo Autrey, participante de la noche “Las chicas la lían”, en la Sala Apolo.

Buenos días.

21.4.09

MÚSICA EN SESIÓN CONTINUA


Desde el miércoles de la semana pasada he estado en una sesión casi continua de música en directo que, por el momento, se dará un descanso hoy. Tiempo de ver muchas propuestas diversas, algunas intrascendentes pero con público hasta la bandera y otras con más calado artístico pero que clamaban al desierto más absoluto.

Entre las segundas, el minifestival “Las mujeres la lían”, que se celebró el pasado jueves en la Sala Apolo. Lástima que el concepto “público” fuera casi una entelequia y lástima que a artistas como Sara Lov sólo le dejaran 20 minutos para defender sus temas ante un puñado de fieles. Nos quedamos con ganas de más.

Gasta la Lov un pop preciosista que no inventa la sopa de ajo pero que puede presumir de melodías bellas y atemporales. El colchón musical ideal para acompañar una tarde de domingo, mientras llueve en el exterior y degustas, lentamente, un buen bourbon, para que se hagan una idea. Música que casa con Richard Hawley o con A girl called Eddy. Si les apetece el plan, dedíquenle una escucha. Vale la pena.

Buen día.

20.4.09

MILAGROS DE VIDA


“Jonathan ha sido absolutamente sincero en todo momento y no me ha dejado hacerme ilusiones respecto al final. Sin embargo, me ha animado a llevar una vida lo más normal posible y me apoyó cuando le dije que me gustaría escribir mi autobiografía a principios de 2007. Gracias al doctor Johathan Waxman encontré la voluntad necesaria para escribir este libro”.

“Jonathan es un hombre muy inteligente, considerado y siempre amable, y tiene la capacidad excepcional de ver el curso del tratamiento médico desde el punto de vista del paciente. Doy gracias por pasar mis últimos días de vida bajo los cuidados de este médico decidido, sabio y bondadoso.”


Así acaba la autobiografía de James Graham Ballard, “Milagros” de vida”. En estos últimos párrafos, el escritor agradece a su médico la dedicación hacia él en sus últimos días. Todos queremos sentirnos acompañados cuando nos vamos. Poco antes, como un mazazo, nos ha revelado que padece un cáncer terminal. El mismo cáncer que apagó su vida ayer domingo.

No me extenderé mucho en hablar sobre Ballard, porque ya lo he hecho en otras ocasiones. Únicamente decir que no hagan caso a aquéllos plumillas que se dediquen a copiar despachos de agencia y repitan estos días que es un autor de ciencia-ficción. En absoluto. Lo que es Ballard es un forense de nuestras patologías sociales actuales, que nos escupe a la cara sin ningún tipo de contemplaciones, incluso con delectación. Se podría decir que es un precursor de Houellebecq y, al igual que él, la perfecta lectura para que en el futuro comprendan las miserias de nuestra vida actual.

Acertadamente, Ballard tituló su libro de memorias “Milagros de vida”. Vivir es un cúmulo de milagros. Leamos a Ballard, Disfrutemos. Otorguémosle un sentido a ese regalo que nos ha tocado en suerte.

En la fotografía, Glen Johnson, o, lo que es lo mismo, Piano Magic, en su actuación del sábado en el festival Plaça Odissea. Tras soportar moderneces varias en los últimos días, grupos que gozan del fervor público porque es lo que toca y que desaparecerán de los focos con la misma celeridad ahogados en su mediocridad, qué alegría poder gozar de músicos que, además, disfrutan de su trabajo.

Buenos días.

17.4.09

ARRUGAS


Cinco minutos.

Así son las sesiones de fotografía a músicos cuando tienes la oportunidad de retratarlos justo antes del concierto.

Cinco minutos.

El tiempo suficiente como para enamorarme de la personalidad del retratado, de su amabilidad y saber hacer.

Gitane Demone me ofreció cinco minutos de su tiempo para que pudiera conseguir una imagen como la que presento hoy. Cuánta belleza en sus arrugas, renglones torcidos de una vida intensa. Qué traición sería suavizar sus rasgos, qué insulto borrar su personalidad, convertirla en maniquí. Aquí está ella, Gitane Demone. Ella y su circunstancia. Orgullosa y sensible. Diva cercana. Humana.

Pequeña acotación técnica

Fotografiada mediante una cámara de formato medio Minolta Autocord de 1956, utilizando película Ilford Delta ISO 3200 y la escasa iluminación de la sala. Revelada en laboratorio especializado en blanco y negro y escaneada en casa. Todo el proceso para llegar hasta aquí me sigue pareciendo mágico.

Pequeña acotación humana
A menudo no somos conscientes de la importancia de un pequeño nombre en los agradecimientos de un disco o en el pie de un cartel que anuncia un concierto. La verdad es que, sin la pasión hacia su trabajo de esas personas casi anónimas que organizan conciertos, dedicación que pocas veces se ve recompensada económicamente, nada de esto sería posible.

Buen fin de semana. Lo presumo intenso. Y eso es bueno.

16.4.09

THE EX. SANGRE DE DIRECTO


Raca-raca.

30 años. Más de 1.300 conciertos. Y siguen entregándose sobre el escenario. Ayer, en la Sala Apolo, The Ex volvieron a demostrar que su ‘experimental-trance-dance-avant-afro-punk- improv-music' (el palabro es suyo) pide directo y escenarios en los que la fisicidad entre músicos y audiencias esté garantizada. Uno de los guitarristas, Terrie Hessels, perdía sangre por las heridas de su mano y le daba igual. La vida es el escenario; ya se curaría cuando acabase el concierto. Tras 30 años de actuaciones, ¿no es admirable?

Los dos guitarristas casi siameses, Andy Moor y el citado Hessels, hacían ladrar sus instrumentos. —Raca-raca, raca-raca— La batería Katherina Bornefeld creaba mantras rítmicos a pesar de sus limitaciones técnicas. Y el nuevo cantante, Arnold de Boer, trocaba la concentración hiriente de su predecesor, G.W. Sok, por una indiscutible alegría de estar en el escenario. A este paso, los veremos celebrar su 50 aniversario. Por muchos años.

Buenos días.

15.4.09

MEDIOCRIDAD


Hoy volveré a la película “Control” —fui de nuevo al cine y ya tengo en mis manos el DVD gracias a Amazon UK—, pero no para comentar sus bondades, que son muchas y variadas, sino para utilizarla como punto de partida de una reflexión.

Vivimos vidas mediocres, anónimas. Alguno de nosotros quizás convierte su afición en pasión y ésta, en un golpe de suerte u oportunidad, le arrastra a la luz pública. La celebridad conlleva la admiración, y la extracción de la gris masa pública al podio de los elegidos. El problema es que no estamos preparados para presidir ese podio. Ian Curtis, con una vida de lo más gris —matrimonio prematuro, trabajo en la oficina de empleo de una triste ciudad de provincias— empieza a ser una celebridad gracias a su liderazgo de Joy Division. Pero sigue siendo un joven desorientado que se mueve por inercia.

Cuando alguien se galvaniza ante la luz de los focos, nada es lo mismo. Nosotros no le tratamos igual. Aparece la idolatría, la contemplación absorta, la imitación. Queremos creer que es el elegido, que todo lo que hace tiene un hálito especial que lo diferencia de nosotros. Y él, objeto de nuestra admiración, tiene por fuerza que sufrir una enorme disociación entre lo que conoce de si mismo —sus miserias y complejos— y esa imagen pública inmaculada. No nos podemos imaginar, el daño que le infligimos con esa admiración. Todos conocemos el triunvirato sex & drugs & rock’n roll. La vida llevada al exceso, que tan asociada está a los artistas, no es sino una forma de escapar a esa insoportable separación entre lo que uno sabe y lo que el resto quiere ver.

Hoy les dejo con una imagen de la actuación de Mambo Jambo, el grupo de Dani Nel·lo que creaba el hilo musical de la noche “Taboo” en la Sala Apolo. Me encanta el contrabajista. Parece recién sacado de Reservoir Dogs. Me pasé toda la actuación buscando la oreja por el escenario (estúpida broma que entenderán los que hayan visto la película).

Buenos días.

14.4.09

CUESTIÓN DE CONVICCIÓN






El 9 de abril en la sala Apolo se inició el ciclo de noches temáticas Taboo, dedicadas al burlesque. Gran éxito de público, escaso éxito artístico. Ya sabemos que asistíamos a su inauguración y que la programación puede mejorar en próximas noches, pero la primera impresión fue pobre, desangelada.

Compartían escenario el combo Knicker Kittens Burlesque Revue y el grupo musical residente, Mambo Jambo, de Dani Nel•lo. Si digo que el grupo de Nel•lo fue lo más aceptable de la noche, ya se pueden imaginar por dónde van los tiros. Me barrunto, y me entristece, que los organizadores de la noche Taboo tienen la misma querencia por el burlesque que por la sopa de ajo. Si ven negocio, allá que van, pero no se creen lo que programan. Espero equivocarme, pero es la impresión que me llevé. Y de las Kittens, y de la maestra de ceremonia, Rachel Arieff, mejor no decir gran cosa. Una lástima porque el local, una añeja sala de baile, es perfecta para este tipo de actuaciones.

Sólo un deseo. Que le cedan la organización artística a gente que sí que sabe de qué va el tema, como por ejemplo, a Bibian Blue, y que sigan haciendo caja, pero con estilo. Perder el respeto a lo que se programa es el primer paso hacia la decadencia.

Buenos días.

9.4.09

CONTROL


Acabo de ver la película “Control”, del fotógrafo Anton Corbijn. La historia que narra, la ascensión y caída de Ian Curtis, líder de Joy División, versa sobre el amor, el desamor y explica cómo el peso de vivir puede, a veces, ser demasiado grande para ser sobrellevado. Un blanco y negro ascético, menos contrastado de lo que acostumbra en sus fotografías, describe a la perfección la tristeza de las ciudades medias inglesas de los 70. Su genio como creador de imágenes se intuye en los símbolos que coloca en decorados aparentemente intrascendentes, en el equilibrio y elegancia de sus planos, bellos y desesperanzados, como la música de sus protagonistas.

No es un biopic ni una película de músicos. Por ello, aunque no les motive el grupo, vale —y mucho— la pena verla. Traspasan la pantalla el amor y la dedicación con la que ha sido creada. Es, en si misma, prueba del entusiasmo de un aparentemente gélido Corbijn. Un gran mérito para alguien que saborea las mieles del éxito desde hace décadas.

Era el segundo día de proyección. En la sala, una veintena de espectadores.

Felices fiestas.

8.4.09

GITANE DEMONE: EL ABISMO ACOGEDOR



Ir a conciertos casi a ciegas tiene estas cosas. Las actuaciones alcanzan la categoría de descubrimientos que te hacen reinterpretar apreciaciones anteriores. Por ejemplo, ver cómo, en la mejor tradición expoliadora del rock, una de las reinvenciones de Madonna —la de dominatrix de “Erotica”— no es más que una imitación edulcorada de Gitane Demone.

Demone formó parte de Christian Death, el grupo de deathrock del desaparecido Rozz Williams. Hasta aquí lo que se puede encontrar en cualquier vademécum del rock. Pero de eso hace ya unos años. Tras la separación de Christian Death, Demone ha creando una obra en la que se dan cita la estética BDSM, el cabaret berlinés y el rock más pantanoso. Ayer la tuvimos en La2, de Apolo. Una dama con una elegancia natural, diríamos que felina, a la que suma una prodigiosa voz que recordaba a Ute Lemper pasada de rosca, envuelta en enaguas blancas manchadas de sangre artificial, y que nos ofreció una actuación en la que ella se basta y se sobra para soportar sobre sus hombros casi dos horas de concierto.

Nos obsequió con varios momentos como el de la foto. Puro animal escénico. Pocas veces un descenso a los infiernos ha sido tan agradable. El mejor antídoto para la Semana Santa.

Sean felices. Si Jesucristo murió por salvarnos, espero que, a estas alturas, ya haya reparado en la magnitud de su error. De todos modos, el precio que pagó tampoco fue tan alto. Si luego se resucita, ¿qué mérito tiene entregar la vida?

Buenos días.

7.4.09

DESMOTIVACIÓN / "CONTROL"


Se publican hoy en El Periódico los datos de la Generalitat sobre incapacidad laboral. En resumen, apuntan que los jóvenes de entre 16 y 24 años consumen casi el doble de bajas que los trabajadores de más edad. Curiosamente, conforme avanza la edad del trabajador, desciende el número de bajas por año, algo que contradice el evidente desgaste que sufre el cuerpo al ir cumpliendo décadas. Más datos: Las bajas se concentran principalmente el lunes, tras el fin de semana.

La consellera de Treball, Mar Serna, explica los datos basándose en el cambio de valores: “Tienen un grado de responsabilidad diferente que una persona mayor que probablemente va a trabajar aunque tenga gripe". Cuando ya pensaba elevar el grito al cielo diciendo que la consellera llama a los jóvenes “irresponsables”, veo que el periodista se hace eco de una puntualización: “En el fondo también existe una desmotivación por la elevada precariedad que sufren los jóvenes o por un clima laboral poco estimulante por parte de la empresa, según la titular de Treball”. La desmotivación es la clave.

Seguro que cualquiera de aquellos que tienen que trabajar en trabajos precarios, repetitivos, mal pagados, con mal ambiente laboral, suscribirán línea por línea las afirmaciones anteriores. Nos quieren hacer olvidar que, supuestamente, un contrato laboral tendría que ser un acuerdo entre dos partes. Si lo que te ofrecen es miseria, lo lógico, y diría que justo, es responder con la misma moneda. Y así está pasando. Nada que objetar, nada de que extrañarse. Los propios empresarios alimentan esa rueda de la degradación de la que ellos, al final, acaban resintiéndose. Vuelvo —prometo que sólo un momento— a la crisis. Si, en su codicia por conseguir trabajadores más económicos, empeoran las condiciones económicas, al final, el trabajador podrá adquirir menos bienes, con lo que los empresarios también lo notarán en sus cuentas de resultados. Son las perversiones inherentes al despiadado sistema capitalista en el que vivimos. Si todas las reses se convierten en carroña, no se podrán reproducir. Llegará un día en que los buitres, famélicos, serán los últimos cadáveres.

Otro interpretación curiosa a la disminución de las bajas en trabajadores de más edad puede estar en el miedo. Miedo a perder su puesto de trabajo. También he oído, aunque no puedo concretar más, que las bajas han disminuido en los últimos meses. La crisis, otra vez, hace que nos lo pensemos dos veces antes de no aparecer en el trabajo. Días extraños.

En la fotografía, un último rayo de luz se desliza por la fachada de los cines Pelayo, en la calle Tallers. Creo que mañana estrenan Control, la película del gran fotógrafo Anton Corbijn —no sé que tal será como cineasta—, sobre Ian Curtis, el líder de Joy Division. Tiene gracia. En internet ya se puede adquirir el DVD a un precio inferior a lo que cuesta una entrada para el cine. Difícil sobrevivir en estas circunstancias. Lo dicho, días extraños.

Buenos días.

6.4.09

AUSENCIAS


Al día siguiente, el viernes, volví a pasar por delante del portal en el que había descubierto al vagabundo. Ya no estaba. Sólo quedaba, como recuerdo de su paso, una arrebujada manta en el sitio en el que había descansado su cuerpo. Pensé que, seguramente, volveré a encontrármelo en próximos días. Somos animales de costumbres y, aunque se trate de un triste rincón, es fácil que lo haya convertido en su hogar.

Ese desconocido quizás perdió su puesto de trabajo sin previo aviso, como tantos estos días. Parece ser que se está poniendo de moda ese tipo de despido “exprés” en el que la empresa no te deja casi ni despedirte de tus compañeros, te trata como a un apestado y moviliza a su personal de seguridad para escoltarte a la salida como si fueras una amenaza para la seguridad. He visto algunas de estas actuaciones, me han contado otras, y no puedo entender qué necesidad hay de ese maltrato gratuito para con el trabajador que, quizás, en muchos casos, había defendido a la empresa ante terceros con ese orgullo de pertenencia que, finalmente, le devuelven regado en ricino. Somos peones, lo sabemos, pero ¿es necesario sacarnos del tablero con una mueca de asco para tirarnos a la basura?

Hablando de ausencias, otra que estaba cantada y que parece se hará efectiva durante los próximos días en la marcha —expulsión— de Federico Jiménez Losantos de su programa de propaganda —que no de información— “La Mañana”. Como premio de consolación le han ofrecido resituarlo en la franja horaria nocturna con su amigo César Vidal en “La Linterna”, otro panfleto con resabios del pasado. Abomino de Jiménez Losantos pero lo escucho cada mañana. Lo hago al igual que escucharia a Goebbels si me hubiera tocado vivir en la Alemania nazi. Hay que conocer las doctrinas del enemigo casi mejor que las tuyas propias.

Brindo por la defenestración de Losantos. No piensen ni por un momento en que la Conferencia Episcopal ha conseguido la cordura de la que nunca ha dado muestras. Se trata, como suele pasar, de un movimiento interesado para conseguir mejoras por parte del Gobierno. Ya saben, “te ofrezco un sacrificio para conseguir tus favores”.

Muy bíblico todo, si nos lo paramos a pensar.

Buenos días.

3.4.09

LA POBREZA COTIDIANA


Ahora que los supuestos líderes mundiales han mostrado su mejor sonrisa conjunta para anunciarnos un nuevo orden económico (¡ja!) y que Obama continúa ejerciendo de deseado líder mesiánico, es tiempo de recordar que la crisis no ha acabado, que nos rodea —siempre lo ha hecho— y que estamos sumamente expuestos a ella.

Hace mucho tiempo, una amiga me hizo la reflexión de que, cuando ve a un pobre por la calle, poca gente lo considera un igual. Pertenece a otra categoría, a los parias. Unos podemos apiadarnos, otros los pueden utilizar como objeto para verter sus frustraciones, pero siempre los miramos como a “el otro”. Alguien que ha traspasado un umbral que a nosotros se nos antoja muy lejano. Como si fueran de una especie diferente. Y no es así, aunque intentemos tranquilizarnos pensándolo.

La crisis nos empobrece, la crisis nos hace vulnerables, es decir, maleables, es decir, controlables. Sigo pensando que el sistema capitalista no ha explosionado con las convulsiones de los últimos meses, sino que se ha reforzado. Aprenderemos a vivir con menos, aceptaremos peores condiciones, dando gracias por no estar tan mal como nuestro vecino. Bajaremos la cabeza mientras, desde arriba, sonreirán asegurándonos que todo va a ir mejor al mismo tiempo que tensan las cuerdas.

Ayer volvía del ensayo, a las 12 de la noche, y me encontré a este pobre durmiendo en un portal de mi vecindario. Me entristeció y enterneció la imagen. Bajo la macilenta luz de la entrada, recogido contra el frío, boca abajo, seguramente para que la claridad no le impida conciliar el suelo, parecía absolutamente entregado, vencido. El toque más dramático era el carrito de bebé, en el que cargaba sus escasas pertenencias.

Ante la pobreza y la marginalidad somos todos niños. Indefensos.

Entré a casa sintiéndome un poco más cercano a él, rodeado por la pobreza cotidiana que parece abrazarnos cada vez con más fuerza.

Buen fin de semana.

2.4.09

ARTO LINDSAY / LAS ENTREVISTAS


—¿Es una Rolleiflex?
—No. Es una Minolta Autocord, una copia de la Rolleiflex. Bueno, es una copia cuyo diseño supera al original.

Y la conversación le recuerda la letra y le hace entonar “Desafinado”, de Antonio Carlos Jobim:

— ...fotografei voce na minha Rolleiflex, revelou-se a sua enorme ingratidão...

Momentos como éste son una de las grandes recompensas de entrevistar a músicos. Cuando dejamos de actuar como entrevistador y entrevistado y entablamos una conversación intrascendente sobre cualquier tema, por ejemplo cámaras. O visitamos juntos una tienda de discos.

Escucho a Arto Lindsay desde hace más de 10 años. Ha tenido una presencia destacada en mi educación musical. Es un gran creador de texturas, de sonidos. Por eso me gusta darle un poco de presencia pública, conocer sus reflexiones, discutir con él. Lejos de los vasallajes de la admiración ciega. Una entrevista no debe ser una rendición del fan ante el artista, sino un intento por plasmar la visión que se tiene del entrevistado. A veces se consigue, a veces no. Pero es un desafío apasionante.

Les dejo un tema de su álbum “Noon chill” en el que se funden las percusiones brasileñas con el drum’n bass, Anything. En él pueden apreciar su dominio de las capas de sonido.

Hoy sigue lloviendo, pero he ido a trabajar en moto. Por si las moscas.

Buenos días.

1.4.09

LOS PELIGROS DE LA LLUVIA / EL DESTRIPADOR


Día de lluvia. Dejo mi querida moto aparcada y me encamino hacia el metro. Craso error. La estación colapsada cuando arriba el convoy. Noto cómo me llevan en volandas al entrar en el vagón y mi sexto sentido se despierta. Mano en el bolsillo trasero, mi cartera no está. Miro en derredor. Caras cenicientas a la luz de los neones, con los ojos apagados. Todos, excepto uno, que me observa. Su mirada le delata. No está embebido en sus pensamientos, aunque lo intente aparentar. Su mirada y sus manos, bajo un diario para ocultar su botín. Todo o nada.

—Dame mi cartera.
—¿Cóooomo?

Su aparente aturdimiento es eso, aparente. Las dudas se han evaporado. Tiene mi cartera y la voy a recuperar.

—Dame mi cartera, te he visto.

Esto es absolutamente falso, pero no albergo dudas. Le miro fijamente. Meritxell, que me conoce mucho, dice que mi mirada aparenta rabia y violencia mucho más de lo que yo pueda llegar a imaginar. Aprovecho esa ventaja y, mientras mantenemos nuestras miradas durante un segundo que parece eterno, mi mano también se desliza bajo su diario. Al tacto reconozco el abultado perfil de mi cartera. La agarro firmemente y tiro de ella. Sigo mirándole con todo el odio del que soy capaz. Noto como titubea, “he vencido”, pienso. Suena la alarma, las puertas se cerrarán. “Suelta la cartera, suéltala”. Mi mente calibra opciones y riesgos. Y él abre la mano. E intenta salir del vagón. Las puertas se cierran y le aprisionan durante un segundo. Se zafa y huye hacia otro destino, hacia otra cartera.

Mientras el tren arranca, miro el interior. No ha tenido tiempo de robar nada. Una mujer aprovecha el incidente para culpar al Gobierno. Me apoyo en una de las barandillas y respiro aliviado. El día ha comenzado movido.

La noche de ayer también lo fue. Me atrapó el breve “El destripador”, de Robert Desnos, del que ya les había hablado. Y me lo leí entero. Ahora, un extracto. Si están desayunando, mejor no sigan:

La mujer atravesaba el patio con paso rápido. De repente, Jack se yergue ante ella. La mujer no es una borracha y, sin embargo, no tiene tiempo de defenderse. Dos manos nerviosas la han cogido por la garganta. Se ahoga. Se le congestiona la cara y se hincha. La lengua inflada se le pega a los dientes, apretados por el terror. La mujer dobla las rodillas, luego se cae hacia atrás, con las piernas levantas, casi muerta y desvanecida.

El Destripador blande su largo y robusto cuchillo y, de un solo golpe, la degüella con tanta violencia que la cabeza se queda prácticamente colgando. Luego se ensaña... Destripa a su víctima, la mutila horriblemente y disimula ese siniestro trofeo bajo su capa: ¡se lo llevará!
Anuda alrededor de la garganta sangrante un pañuelo, como para impedir que la cabeza se separe. Coge las manos y, con furor, arranca tres anillos de cuero de pacotilla. ¿Para qué secreta evocación los reserva?

Y después, para acabar su espantosa faena, hunde las manos en el vientre rajado, abierto desde el estómago hasta el nacimiento de los muslos, retira el bazo y saca los intestinos...

Con su paso indolente, se va. En los primeros resplandores del alba, la desgraciada se queda tendida en la roja vendimia de su sangre, que ha salpicado las paredes, por donde gotea viscosamente siguiendo el contorno de las piedras y las siluetea así de escarlata
”.

Robert Desnos, El destripador (Errata Naturae, 2008)

La fascinación por la muerte, por lo prohibido, por el crimen. Muy surrealista, como Desnos, muy humano, por otra parte. Si no, ¿estaríamos hablando a estas alturas de un asesino del siglo XIX?

Les dejo con Evangelista, el proyecto musical de Carla Bozulich. Doce minutos de ponzoñosas letanías para desnudar nuestro lado oscuro, apropiadas para el día, para Jack y para mi estado de ánimo. Aguanten hasta el final, cuando dice aquello de que el amor es lo único que nos queda. Vale la pena.

En la fotografía, Meritxell durante el sábado, cuando el gris comenzó a invadir la ciudad. Todavía no la ha dejado.

Buenos días.