31.12.09

GRACIAS POR EL VIAJE


Acaba el año en el carrusel de la vida con amigos que aparecen, otros que se alejan, experiencias que alimentan y otras que duelen y curten. Sigue la vida en el tiovivo, con momentos en los que uno piensa que gira pero no se mueve y otros en los que es consciente de los pequeños avances logrados.

Una vuelta más del carrusel y descubres cómo algunos de tus coetáneos empiezan a bajarse, ya sea por decisión propia o porque son expulsados a su pesar. Un giro y sabes que el tiempo comienza a conspirar en tu contra. Miras a tu alrededor y aprehendes todo aquello que te aporta, mientras puedes.

Hoy quiero proponerles, a pesar de mi mala memoria, una cita apresurada de aquellos estímulos que me han emocionado, sea porque hayan sido creados este 2009 o porque me han llegado ahora:

En fotografía, la exposición de Gerda Taro, en el MNAC.

En música:
La proyección de Solaris con música de Alva Noto.
El directo de The Ex.
El concierto de Will Johnson.
PJ Harvey y John Parish en el festival SOS4.8.
María Monferrer interpretando a Nick Drake, en el Caixaforum.
Joe Henry, en el Primavera Sound.
Byetone, en el Sonar.
Windswept Coastal Trees, o, lo que es lo mismo, cualquier proyecto de Adriano Galante.
Las tres actuaciones de Retribution Gospel Choir, una en mayo y las dos del Primavera Club
Y los álbumes “At the cut”, del tristemente desaparecido Vic Chesnutt, “Stars of the Lid and their refinement of de decline” y “Of our cornea”, de The Beautiful Taste.

En teatro, “Molts records per a Ivanov”, “Nocturn” y “Sa Història des Senyor Sommer”, tres maravillosas obras de la compañía de Pep Tosar en el Círcol Maldà.

En cine, “Control”, de Anton Corbijn y “Let’s get lost”, de Bruce Weber.

En literatura, “El destripador”, de Robert Desnos, con ilustraciones de David Sánchez, y “Árbol de Humo”, de Denis Johnson.

En cómic, “Watchmen”, de Alan Moore y Dave Gibbons.


He conocido a grandes artistas, a algunos les he hecho retratos y a otros los he entrevistado también, y he coincidido con grandes personas que quizás no son artistas ni puñetera falta que les hace.

A todos ellos, a todos vosotros, y a quien sea que me ha permitido seguir en el tiovivo hasta hoy: gracias por el viaje.

¿Suben de nuevo conmigo? A ver qué nos depara la próxima vuelta.

Sean felices.

PD.: La foto, tomada en San Sebastián, cuando se suponía que estaba buscando un kiosco.

PD2: “Electric Guitar”, del segundo álbum de Retribution Gospel Choir, que verá la luz en 2010. Para que sigamos girando.

29.12.09

UNA SILLA VACÍA


Hace unos días asistí a la penúltima representación de “Sa història des Senyor Sommer”, que es como se titula en mallorquín “La historia del Sr. Sommer”, una nouvelle de Patrick Süskind, convertida en monólogo por el actor y director teatral Pep Tosar. La versión de Tosar ha sido la clave de vuelta de su trayectoria profesional y una compañera fiel durante los últimos 15 años de mi vida, en los que la habré disfrutado quizás seis veces.

Pep Tosar es uno de los grandes de la escena teatral catalana. Y como suele pasar a los verdaderamente grandes, a aquellos que anteponen el amor al arte por el amor a la fama, es casi un perfecto desconocido. En los últimos años ha estado al frente del Círcol Malda, un pequeño espacio decimonónico que era el entorno perfecto para sus obras inteligentes, llenas de poesía, sensibilidad y elegancia. Parece ser que trabas administrativas de este maravilloso ayuntamiento que tenemos, determinado a cargarse cualquier iniciativa que suene a cultura libre, harán que su estancia en el Círcol, y en Barcelona, se acabe. Por lo menos, de eso se quejaba en una entrevista que pude leer en El Periódico.

Si desaparece de la escena catalana, para mi representará haber dejado atrás a un compañero que me emocionaba con sus montajes, con esa sensibilidad en la que se entrelazaban Chejov, Pessoa, Tabucchi, Chopin o el citado Süskind. Una gran pérdida. Supongo que al hecho de que te arranquen partes de tu vida que sepas que no podrás recuperar se le puede llamar envejecer.

Buenos días.

28.12.09

MOTIVOS PARA VIVIR


Les hablaba el sábado de Vic Chesnutt y de su decisión —llevada a término— de quitarse la vida. Respeto las elecciones de cada uno con su propia vida, incluso las más drásticas. Pero siempre que me planteo la cuestión —y eso que algunos afirman que no soy, precisamente, la alegría de la huerta— tengo muy claro que la decisión entre vivir o matarse es una alternativa entre la nada y algo. Y ese algo siempre tiene la capacidad de poder ser positivo. Con lo cual, si decides continuar con vida, por lo menos tienes la posibilidad de que algo te enriquezca, te alimente el alma. Siempre encuentro motivos para vivir. Aquellos que me rodean, las vivencias, las diferentes artes que me llenan, incluso una conversación casual o ese rayo de sol que, de repente, entra por una ventana. No creo en la felicidad, así, en general, como un estado beatífico que se pueda conseguir. Sí que creo, en cambio, en los momentos felices, esos instantes de intensidad que valen por todos los sinsabores que toda vida conlleva.

Me viene a la cabeza Alan Sparhawk. A pesar de que, en su última gira con Low, llegó a llorar sobre el escenario debido a sus desequilibrios, en su actuación en el Primavera Club al frente de los Retribution Gospel Choir vivió momentos de absoluta felicidad, como el que irradia la fotografía. ¡Ah! ¡El nuevo disco de Retribution Gospel Choir! Creo que también irá a la lista.

Buenos días.