29.12.09

UNA SILLA VACÍA


Hace unos días asistí a la penúltima representación de “Sa història des Senyor Sommer”, que es como se titula en mallorquín “La historia del Sr. Sommer”, una nouvelle de Patrick Süskind, convertida en monólogo por el actor y director teatral Pep Tosar. La versión de Tosar ha sido la clave de vuelta de su trayectoria profesional y una compañera fiel durante los últimos 15 años de mi vida, en los que la habré disfrutado quizás seis veces.

Pep Tosar es uno de los grandes de la escena teatral catalana. Y como suele pasar a los verdaderamente grandes, a aquellos que anteponen el amor al arte por el amor a la fama, es casi un perfecto desconocido. En los últimos años ha estado al frente del Círcol Malda, un pequeño espacio decimonónico que era el entorno perfecto para sus obras inteligentes, llenas de poesía, sensibilidad y elegancia. Parece ser que trabas administrativas de este maravilloso ayuntamiento que tenemos, determinado a cargarse cualquier iniciativa que suene a cultura libre, harán que su estancia en el Círcol, y en Barcelona, se acabe. Por lo menos, de eso se quejaba en una entrevista que pude leer en El Periódico.

Si desaparece de la escena catalana, para mi representará haber dejado atrás a un compañero que me emocionaba con sus montajes, con esa sensibilidad en la que se entrelazaban Chejov, Pessoa, Tabucchi, Chopin o el citado Süskind. Una gran pérdida. Supongo que al hecho de que te arranquen partes de tu vida que sepas que no podrás recuperar se le puede llamar envejecer.

Buenos días.

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