5.3.10

VICIOS





Hay vicios confesables y otros que no. La música de Seward forma parte de los primeros. Lo pueden llamar fijación, tienen derecho a criticar mi insistencia, pueden considerarme un fan fatal (no estaría de acuerdo, pues mi pasión proviene de lo que genera en mi su música, no del habitual servilismo del común de los mortales ante el aura del artista).

La cuestión es que no puedo negarme a mi mismo. O sí, pero no quiero. Y pocos —insisto—, pocos grupos generan en mí tal liberación de endorfinas como ellos, como le comenté durante el concierto a un divertido amigo. Si la adicción es la consecuencia de la ingesta de drogas, Seward es mi chute. Sano, sin embargo. Música a un volumen adecuado para apreciar todos los matices que contiene, una cerveza para aliviar los calores de los pequeños espacios en los que actúan y la complicidad con los asistentes al evento, que ya empezamos a reconocernos. No se necesita nada más. Como comentaba uno de los asistentes, aprovechémonos ahora, cuando la cercanía permite abrazarnos tras la actuación.

Bella música, grandes ejecutantes. Ayer pudimos descansar la vista y los oídos en las contorsiones vocales y físicas de Adriano Galante, en las piruetas rítmicas y la capacidad de invención de Juan R. Berbin, en la emoción a los teclados y al chelo de Mariano Camarasa, en las atmósferas sugerentes de Pablo Schvarzman, en las notas trenzadas por Raúl del Moral a la guitarra. Es igual. Todo suma, todo aporta. Tantos detalles, tanta emoción. Qué bella es a veces la vida.

Buen fin de semana.

1 comment:

Unknown said...

Impresionantes fotos. El dia de mi cumpleaños, para colmo. Tiene usted un blog excelente.