31.5.09

PRIMAVERA SOUND (III): EL TORMENTO Y EL ÉXTASIS


Tormento. m. Acción y resultado de atormentar. Angustia o dolor muy intensos. tortura, suplicio, dolor, padecimiento, sufrimiento, sacrificio.

Éxtasis. m. Estado del alma enteramente embargada por un intenso sentimiento de admiración, alegría, etc. Estado de unión del alma con Dios, caracterizado por la suspensión temporal de las funciones corporales. Arrobamiento, fascinación, delirio, embeleso, arrebato, elevación, encantamiento, asombro, pasmo.

En la tercera y última jornada central del Primavera Sound, el festival de festivales, el tormento vino, de nuevo, de mano las limitaciones con las que artistas, managers y, a veces, la organización, someten a los fotógrafos que desean, simplemente, desarrollar su trabajo.

Por ejemplo, en uno de los conciertos indispensables de esta edición: The Bad Plus. Trío de espectaculares intérpretes de jazz que dejaron a los amantes de la música boquiabiertos con sus versiones —en clave de free jazz juguetón— de himnos del rock de Wilco o U2, que llevaban a su terreno con una naturalidad pasmosa. Pocos modernos en el auditorio para escucharlos. Y menos aguantaron hasta el final. Ya se sabe que la ambrosía no está hecha para la boca del moderno. Actuaciones como estas, incomprensibles en cualquier otro festival, son las que hacen al Primavera Sound una clase en sí mismo.

Pero les hablaba de las limitaciones. Siento la digresión, pero es que con los Bad Plus me pongo estupendo. A lo que íbamos, prohibición de hacer fotos. Un ejército de motivados guardianes de la seguridad se aplica con rapidez, distribuidos estratégicamente por toda la sala para impedir que se enfoque a los artistas. Estoy en primera fila, disfrutando del concierto. Imposible sacar la cámara aquí. Me levanto al finalizar uno de sus temas, salgo de la sala, vuelvo a entrar por una de las puertas traseras en una maniobra de distracción digna de la guerra fría y me sitúo en el centro del auditorio. Cuando veo que los vigilantes más cercanos se dirigen a frenar a otros fotógrafos, saco la cámara, que ya tenía en marcha, preparada y con la mochila abierta y disparo una rápida ráfaga. Recojo los bártulos, vuelvo a mi asiento de primera fila y sigo escuchando el gran concierto, como quien no ha roto un plato en su vida. Misión cumplida.

Sigamos con limitaciones. Para el concierto de Neil Young, sólo 10 afortunados tienen permiso para acceder al foso. Yo no. Como imagino que acudirá una multitud, me acerco con tiempo y me sitúo en un lateral del escenario, tras la grúa de televisión. El espacio acotado para sus evoluciones me permitirá disfrutar de una visión aceptable, aunque escorada, cuando la cámara de televisión no se cruce por mi campo visual, claro.

Pues empieza el concierto y, encaramado a la valla que limita el espacio reservado a la televisión, disparo, en precario equilibrio. Sólo los pies mantienen la estabilidad. Los gemelos de las piernas, a punto de estallar. La mochila, colgando ante mi, como contrapeso, para impedir que me caiga hacia atrás. Cuando Neil Young nos da la espalda, bajo para descansar un momento. Cuando vuelve a aparecer, subo otra vez a la valla, con unas piernas como dos palos de madera. El resultado, ante ustedes. ¿Valió la pena? Creo que sí.

Mientras me alejo del escenario en dirección a otros artistas a cubrir, voy escuchando a Neil Young y me maravillo del gran concierto que está pergeñando ¡a sus 64 años! Y, sumido en sus tormentas eléctricas, me olvido del mal rato que me ha hecho pasar.

Me he centrado en los tormentos, pero creo que he dejado entrever que el éxtasis fueron las actuaciones de The Bad Plus y Neil Young, entre otros. Impresionante edición, a nivel artístico, del festival. Larga vida al Primavera Sound.

Buenos días.

1 comment:

SUE said...

ay, q envidia mal sana me ha entrado!...y yo me lo perdí!!!

Oye, me ha entrado angustia con tus maniobras de equilibrista...buen fondo físico hará falta, eh?...

En fín, los fotógrafos deberíais tener un plus de peligrosidad, no digo más!

Pd:doy fe q valió la pena...te lo has currao!

Bikiños