22.4.09

RITMOS CIRCADIANOS


No me habían educado para esto.

En teoría, con una edad cercana a los 40 años, uno debe haber estabilizado su estatus, mirar de reojo el resto de la vida laboral y contemplar como se marchita progresivamente, recordando con envidia la juventud. Me decían que la carrera permitía situarse, que se debía conseguir un puesto de trabajo estable y languidecer mientras se suman galones. Bueno, también decían que dios existe.

Y aquí estoy, cercano a la cuarentena y sintiendo que hay muchos más caminos por hollar de los que he andado hasta ahora, abrumado por las posibilidades y emocionado ante las disyuntivas. Sé que mi cuerpo comenzará a pasar factura, pero mientras las limitaciones no sean excesivas, voy a seguir haciendo caso omiso de los ritmos circadianos, del comportamiento que socialmente se me supone. Siempre he sido un individualista, un optimista bien informado, pero vital.

Miremos al frente. El pasado será bueno cuando no nos quede nada más.

En la fotografía, la bella y competente Anna Tomlin, batería y una de las vocalistas del grupo Autrey, participante de la noche “Las chicas la lían”, en la Sala Apolo.

Buenos días.

4 comments:

SUE said...

Será un placer explicárselo, señor gafapasta...

Siga atento a la próxima entrega!!el tío-mancha tiene tela...jejeje

Bikiños!

SUE said...

Por cierto...lo bien que le sienta la batería a esta chica, no?

Tomás said...

Ya has pactado con la muerte, así que todo es posible. El pasado es mañana.

Comtessa d´Angeville said...

Acabo de venir aquí, justo después de actualizar mi blog con algo que tiene que ver con eso que dice, y puedo prometer y prometo que no había lo había leído antes!

Lo mío es que ya no siento que haya muchos más caminos por hollar, es más, creo que el que he seguido (que ha consistido básicamente en no seguir ninguno) ha sido el equivocado.

No recuerdo con envidia mi juventud, simplemente quiero que se acabe de una vez.