31.3.09

UTILITARISMO / INDIENAUTAS (2)


Seguramente también pasaba antes, pero los últimos tiempos tengo la sensación de que se da un mayor porcentaje de relaciones utilitaristas. Me refiero a aquéllas que se entablan para conseguir algún beneficio, por interés, y no por el hecho de compartir experiencias, conocimientos o amistades. En vez de dar, la clave está en extraer. Venga, caigamos en el tópico. Antes se decía que los norteamericanos suelen ser amigables y extrovertidos hasta conseguir lo que quieren. A partir de ahí, sólo ves su espalda. Pues bien, parece que el mundo virtual en el que vivimos ha seguido ese modelo.

Quien más quien menos ha tenido ese amigo especial de la adolescencia al que abrías tu corazón y que —presumiblemente— también te tenía a ti para hacerlo. Sé que el paso de la adolescencia a la adultez —para mi, la madurez es otra cosa— conlleva normalmente la pérdida de esas amistades que forman una parte tan importante de la vida de uno. Pero lo que no esperaba era que se sustituyeran en su mayor parte por relaciones interesadas.

No todo es negativo, sin embargo. Nuestro mundo virtual, en perpetuo cambio, te permite compartir intereses. Se podría decir que hay más posibilidades que antes de encontrar a otras personas que coinciden contigo en los gustos. A veces, esos intereses compartidos fructifican en algo más. Algunas veces incluso, en mucho más. La conclusión es que, a pesar de los tortazos, que los hay, el balance es netamente positivo. Por eso tengo claro que hay que seguir buscando.

Dejando las filosofadas y volviendo a la actualidad, en la fotografía, uno de los tres músicos que forman el combo 3mellizas. Con este nombre tan poco serio y haciendo post-rock: Estos chicos prometen. Su actuación formó parte del cartel de La Noche de los Indienautas, un minifestival organizado por Pin y Pon DJs que se celebró el pasado sábado. Un hurra por quienes se atreven a crear este tipo de actos.

Buenos días. Aunque sea martes y Barcelona amenace lluvia.

30.3.09

FALLARÁS, DE NUEVO / INDIENAUTAS


“Si ellos no saben verte, ¿qué es lo que vale la pena? ¿Qué piensas hacer? ¿Casarte, parir, trabajar para enriquecer a otro, aburrirte a pajas en el sillón de casa? Están podridos de prejuicios, eso es lo que les pasa, como científicos sin arte se dedican a clasificarnos a todos, a cazarnos, diseccionarnos, juzgar lo que creen ver y meterlo en el cajón correspondiente. Te han metido, pobrecita, en tu cajón. ¿Cuántas veces, pequeña, has tenido que apretar los puños y morderte los labios para no gritar ante la ineptitud de quien se dirige a ti?”

"Ya lo sé, ya sé que no eres una niña, ¿te crees que estoy ciega? Pero también eres una criatura. Esa piel inmaculada, esos ojos tersos, qué poco has vivido, querida, qué poquito has visto.”

Los dos párrafos anteriores pertenecen a la novela “Así murió el poeta Guadalupe”, de Cristina Fallarás” (Alianza Editorial, 2009). Hace una semana, cuando les relataba su presentación, decía que “Cristina Fallarás tiene esa mirada sabia de quien ha visto mucho. Un novelista debe mirar así”. Les aseguro que no había leído, ni tan siquiera ojeado, su libro cuando escribí eso. Imagínense la cara que se me quedó cuando llegué a los dos párrafos que he reproducido, que hablan sobre saber ver y cómo esa sabiduría se detecta en la mirada. Ayer, cuando estaba devorando su libro a dentelladas, tuve que parar un momento para asimilar la coincidencia. Fue una detención momentánea pues, como les decía, más que leer, mi mirada corría entre las páginas, ansiosa por llegar al final. Del final, hablaré después.

Pues bien, una vez acabada la obra, creo que es correcto que les explique mis impresiones. En pocas palabras, cómprenla. La historia, narrada como un soliloquio, presenta un lenguaje rico pero vivo. Mientras pasas las páginas oyes, más que lees, a la protagonista. Un gran mérito de la escritora, sin duda. Si he de poner un pero, diría que el final me ha dejado más bien frío. En él me pareció apreciar cómo el andamiaje de la obra se sobreponía a la emoción hasta hacerse evidente. Un pero menor, en todo caso, de una novela que se muerde con ansia, que te atrapa en su ambiente malsano y no te deja, que nos presenta un espejo para que nos veamos a nosotros mismos, ahítos, aburridos, domeñados, homo videns que miramos las pantallas en busca de las emociones que quizás no nos atrevemos a vivir. Hasta una aparente digresión, en medio de la novela, cobra todo su sentido al ver lo que hasta entonces no hemos visto. Narración de los abismos humanos, catálogo de perversiones, con “Así murió el poeta Guadalupe”, Fallarás ha creado su propio “El corazón de las tinieblas”. El problema es que nosotros somos Marlow.

En otro orden de cosas, este sábado fui a “La noche de los Indienautas”, una suerte de minifestival creado por Pin y Pon DJs. Qué maravilla ver que todavía hay gente que apuesta por dinamizar la escena cultural barcelonesa. Buena falta nos hace. Felicidades y gracias, chicos. En la foto, Silvia Coral durante su actuación.

Buenos días.

27.3.09

PREDICCIONES ERRADAS


Mea culpa. Ayer predije que en la manifestación de los estudiantes los policías volverían a repartir estopa y me equivoqué. Quizás no tuve en cuenta una variable bastante importante. Saura quería dejar en evidencia al director general de los Mossos, Rafael Olmos, para así poder anunciar su cese sin cargo de conciencia en su próxima comparecencia ante el Parlament y, al mismo tiempo, sacar pecho ante las críticas que ha recibido en los últimos días. Así visto, las agresiones a estudiantes y periodistas podría interpretarse como una encerrona al anterior responsable de los mossos que, al parecer, no era del agrado de Saura. Quizás sea una interpretación aviesa, pero de un pacifista reciclado en responsable de los cuerpos de seguridad se puede esperar cualquier cosa. Nunca dejará de sorprenderme la capacidad de adaptación de nuestra clase política. ¿Que se pone de moda la ecología? Ellos los primeros. ¿Que hay que arrear a los estudiantes para demostrar quién manda? Ellos los primeros, como en tiempos de los grises. Parece que Saura le está sacando gusto al regalo envenenado que le ofreció Montilla. En fin.

La fotografía está tomada el miércoles, cuando me topé con la asamblea de tarde en la facultad de geografía e historia. Me gustaría conocer que pensarían los estudiantes al descubrir a un hombre de mediana edad, vestido con traje y que los fotografiaba con una compacta. Visto desde el otro lado, la estampa tenía que ser cuanto menos mosqueante.

Lo que sí que puedo explicar son mis sentimientos. Escuché a algunos de los estudiantes que intervenían para proponer acciones. Algunas de ellas me gustaron y otras no. Propuestas constructivas, acompañadas de demagogia. Defensor acérrimo de la libertad individual como soy, aborrezco de la realidad que se esconde tras el eufemismo “piquetes informativos”. Sin embargo, defender una universidad gratuita forma parte de mis convicciones. Que la universidad se troque en empresa me desagrada, pero que sea conocida como “fábrica de parados” también me repugna. No es tan fácil como podría parecer a simple vista decantarse por una de las posturas. ¡Ay los grises! Y no me refiero a los cuerpos de seguridad.

Buen fin de semana.