20.9.10

LA EDAD DORADA


Lo que están viendo es la reproducción de una diapositiva. Para quien no lo sepa, la diapositiva es un tipo de película fotográfica, de esas que se utilizan en las cámaras analógicas. Sí, todavía se vende y se procesa. En este caso, la película es un carrete Fuji Provia 100F que había caducado en el 2001. Casi diez años después, sigue dando estos resultados. La película fue impresionada en una Leica M3 del año 1965 utilizando un objetivo Leica Summarit, de distancia focal 50 mm, de la misma época. Cámara y objetivo tienen, pues, cerca de medio siglo de vida. No necesitan recargar baterías, sólo un par de manos, un ojo y cerebro tras el visor. Miren la fotografía. ¿Obsolescencia, dicen?

Tomada durante una sesión en la Costa Brava, bajo un calor aterrador.

Buenos días.

16.9.10

VISA POUR L’IMAGE. UNA VISIÓN CRÍTICA


Soy un apasionado. Cuando me gusta algo, me gusta con pasión. Pero no quiero ser un fan. Un fan es alguien que ha renunciado a su espíritu crítico. Y el espíritu crítico es fundamental, porque es la base para la mejora. Al igual que pretendo ser mi mayor crítico, también analizo los errores en aquello que aprecio.

El Visa pour l’Image, el festival de fotoperiodismo de Perpignan es un ejemplo de lo que digo. Amo el festival porque es una iniciativa necesaria, y más en estos tiempos de crisis de la percepción social del fotoperiodismo (no del fotoperiodismo en si). Amo su filosofía de abrir la fotografía a la gente, a la calle, bien alejada de salas de exposiciones tradicionales; amo su espíritu combativo pero, ¡ay!, su edición de este año mantiene y aumenta las suspicacias que ya me provocaba en años anteriores.

El punto de partida de mis críticas es el siguiente:

Un fotoperiodista no es un notario de la realidad. Es un intérprete.

Pueden o no estar de acuerdo con esta afirmación. Para mi es fundamental.

El valor que doy a un fotorreportaje es la capacidad que tiene el fotógrafo de interpretar una realidad y mostrárnosla según su visión. Su propia visión. Llámenle estilo, capacidad espacial, maestría en el uso de luces, sombras, colores, visión fotográfica o lo que sea. Es eso lo que diferencia a un fotógrafo de verdad de una persona con una cámara. Ni el modelo ni los carnets acreditativos: la visión.

Y Visa pour l’Image hace años que olvida ese algo especial, esa visión única que aporta el valor a la fotografía. Parecen más interesados en mostrar reportajes lejanos (ya saben, el exotismo vende), la consabida guerra de Estados Unidos contra los intolerantes con petróleo, o la explotación morbosa de la diferencia, con un regusto al “Freaks” de Tod Browning. Me refiero a la exposición “Eloi, niño burbuja” que, aparte de mostrarnos a un bebé que necesita estar encerrado para sobrevivir no presenta ningún —repito, ningún— valor fotográfico.

Había colecciones que sí merecían el viaje: El uso maestro del color por William Albert Allard, la retrospectiva de William Klein, algunas de las fotos de Stephanie Sinclair sobre la poligamia en Estados Unidos, entre otras. Pero lo triste es que la mayoría de ellas eran de veteranos fotoperiodistas que hablaron con imágenes hace ya décadas. ¿No hay jóvenes con visión propia? No me lo creo. Todo apunta a los criterios de selección de Jean-Paul Griolet y equipo. Hasta él reconoce en su editorial que “algunos nos reprochan que estamos estancados”. Bien, yo no les recrimino eso. Para mí, están acomodados, que no es lo mismo, sino peor.

7.9.10

PORTADA Y EDITORIAL DE MODA EN CALLE 20


Siempre es una alegría ver un trabajo publicado. Y más, cuando se trata de una colaboración de un equipo absolutamente entregado para dar lo mejor de ellos mismos. Sin personalismos, sin envidias, sin otra intención que no sea lograr un objetivo común. Es difícil ver algo así en el mundo de la moda, “mundo de perras”, que afirmaba Krizia Robustella.

Pues es por ello, por haber formado parte de este equipo compenetrado, entregado, que ha dedicado horas y esfuerzos, muchas veces inaprehensibles en una sesión fotográfica, que me siento tan contento. Emocionado. Es por ellos: por Fer, Meritxell, Albert y Carles, que esto ha sido posible. Sin su confianza y colaboración, esta pequeña locura no habría existido. Y ahora se ha substanciado. En blanco y negro y en color. En las páginas de una revista.

Si quieren ver el resultado, sólo tienen que ir aquí.

Portada y páginas 42 a 49.

Buenos días.