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PJ Harvey, epítome del indie. ¿Es ella machista?. Foto: Óscar García |
¿Es el Indie machista? La aparición de este artículo
en Diagonal, de autoría colectiva, ha vuelto a sacar a la palestra el tema de
la supuesta discriminación hacia las mujeres en un contexto, como el artístico,
que, en principio, se supone ajeno a restricciones. Tras el artículo de
Diagonal, ha habido también aportaciones de Lucía Lijtmaier y de Elena Cabrera, que han abundado en la afirmación de que las mujeres están sufriendo una
discriminación todavía más perniciosa que el machismo tradicional, algo así
como una ley del silencio que, evitando su visibilidad, las censura.
Ante este caldo de cultivo, que ha generado no pocas
réplicas en ambos sentidos, me apetece expresar mis ideas. Intentaré ser
sintético y ordenado en mi exposición, así espero también recibir críticas
ordenadas en las que se analice mi argumentación de manera racional, no al
calor de categorizaciones genéricas (en los dos sentidos de la palabra). Vamos
allá.
1. La sociedad es machista. Es un hecho, porque provenimos
de una educación patriarcal. Se está mejorando la integración de las mujeres en
todos los ámbitos de la sociedad, pero queda mucho por hacer. Hasta que una
mujer tenga las mismas oportunidades que un hombre, no habremos llegado a la
igualdad efectiva.
2. El discurso frontista entre géneros abunda en las
situaciones de desigualdad, no las supera. Hombres y mujeres seremos iguales
cuando se nos valore haciendo abstracción del género a la hora de analizar
nuestros méritos. Cuando nos sea indiferente si un músico es hombre, mujer,
hermafrodita o de género indeterminado y valoremos su aportación a la música
por lo que es, por lo que suena, entonces habremos superado la lucha de sexos.
¿Es machista que Anni B Sweet muestre partes de su cuerpo en las fotos
promocionales? Ella sabrá cuales son sus motivaciones. Si Anni B. Sweet hubiese
afirmado ser lesbiana, ¿las mismas imágenes serían un manifiesto por la
liberación femenina?¿Es feminista que Alan Sparkhawk muestre su culo en el
escenario?
3. Las cuotas son una propuesta superficial. La igualdad de
oportunidades no es eso. Volviendo a mi propuesta de superación del género por
la meritocracia (palabra que tan poco se utiliza hoy en día), ¿han de cumplir
los medios de comunicación con cuotas para asegurar la visibilidad de las
mujeres? ¿Las redacciones tienen que elegir a sus redactores por sus méritos o
por el género al que pertenecen? ¿Deben los festivales programar sus carteles
con un 50 por ciento de integrantes de cada género? ¿Lo hacemos contando a los
líderes de las formaciones o a todos los integrantes?
4. Las letras como muestra del ideario machista. Leyendo el
artículo de Diagonal, se afirma que “la mayoría de las letras de Los Planetas, grupo emblema del indie estatal
desde los ‘90, están dedicadas al despecho amoroso y en ellas cabe todo tipo de
revanchismo hacia mujeres crueles que producen dolor y merecen recibirlo”. ¿Son
el despecho amoroso y el revanchismo patrimonio de los hombres? Si Jota fuera
homosexual ¿estaríamos hablando de ello? Según Elena Cabrera, “el indie es un
imaginario masculino donde los hombres cantan sobre qué es ser un hombre
joven”. Pues claro. Y las mujeres cantan sobre qué es ser una mujer joven.
¿Cuál es el problema? ¿Alguien impide cantar a las mujeres y que expresen su
propio imaginario? Si Russian Red hace una gira versionando a los Beatles, ¿es
machista? Continúa Elena Cabrera afirmando que “todos esos yo, yo, yo de las
canciones pop son hombres a las que les pasan cosas que generalmente les pasan
a los hombres y todas esas cosas que me habían pasado a mis 20 y a mis 30 no
estaban escritas en las canciones que yo escuchaba. Por mucho que sienta como
siente Martin Gore, a él no le pasan las cosas que me pasan a mí”. Sí Elena,
pero seguramente a Tori Amos tampoco le pasan las mismas cosas que a ti. Ni a
PJ Harvey, o a Kate Bush. Que sean mujeres no quiere decir que expliquen tus
experiencias y tengan tu voz. Porque cada uno tenemos una voz. Elena Cabrera concluye afirmando que “de eso es
de lo que hablo cuando hablo de machismo. Hablo del discurso de una narración
masculina omnipresente sobre todas las demás narraciones: más visible, más elevada,
más contada y recontada, tuiteada y favoriteada”. Insisto, nadie impide que PJ Harvey sea “más visible, más
elevada, más contada y recontada, tuiteada y favoriteada”. Si Elena Cabrera
prefiere a Depeche Mode es porque le gustará más su música, no porque colabora,
sin darse cuenta, en el orden machista del mundo.
5. El indie, ese remanso carpetovetónico. Lucía Lijtmaier
afirma que “El problema es que al indie, como sector, no le gustan las mujeres.
No hablo de homoerotismo —eso daría para otra reflexión mucho más graciosa—. El
problema es que realmente no les gustan. No les gusta hablar con ellas,
trabajar con ellas, hacer cosas con ellas.” He aquí un ejemplo canónico del
frontismo genérico. Muchos “indies” trabajan en coordinación con y
subordinación a mujeres con total normalidad. Sin ir más lejos, este fin de
semana estuve colaborando en un vídeo en que todo el equipo técnico, excepto
yo, era femenino. ¿A los indies no les gusta trabajar con mujeres? En fin.