1.2.10

FORMAS DE EXPLICAR LA MISMA HISTORIA


Ayer volví a ver a Seward. Como saben, últimamente los he frecuentado mucho. Y explicar de nuevo su actuación es un ejemplo perfecto de los retos a los que se enfrenta un cronista, ya sea en imágenes o en palabras. A saber: la materia prima es más o menos la misma: los músicos sobre un escenario. ¿Cómo huir de la reiteración vacía? ¿Cómo explicar la misma historia sin ser superfluo? Esa contradicción entre las, a priori, escasas posibilidades combinatorias y lo que se destila de ellas es el meollo de la fotografía de conciertos.

Sabemos que en la imagen aparecerá un cantante, o un guitarrista, o cualquier otro músico. Pero, ¿qué está haciendo? ¿En qué momento se toma la imagen? ¿Qué se muestra y qué queda fuera de campo? ¿Dónde se focaliza la atención? ¿Cuál es la motivación —si es que existe— del fotógrafo para seleccionar lo que muestra y lo que no? ¿Describe la imagen lo que se vio en el concierto? ¿Es puramente descriptiva? ¿Interpretativa? ¿Está la imagen al servicio del músico o del fotógrafo?

Ante sus ojos, las botas de Adriano Galante. O cómo un pie en tensión puede mostrar la intensidad con la que un músico vive su música. Con todo su cuerpo, con todo su ser.

Ya ven, les he vuelto a hablar de lo mismo. Es que no tengo remedio. Pero, en el fondo, el tema no importa, es sólo una excusa para la reflexión.

Buenos días.

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