4.9.09

LA PLAYA


No soy nada lagarto. No disfruto bajo el sol, notando como el calor devora mi cuerpo y me aletarga. Pero la playa sí que me atrae. La colisión entre lo conocido y firme y lo desconocido y cambiante, la frontera infinita. Su carga poética crece en un día nublado, en el que el sol apenas se atisba sobre la malla de las nubes.

La playa es el perfecto escenario para la lectura. La inmensidad y el silencio, pautado por el rítmico batir de las olas contra la orilla, arrullan la imaginación.

Buen fin de semana.

1 comment:

Liar Nymphet said...

Me has hecho recordar una tarde bastante lejana de cientos de rayos golpeando al mar con fuerza.

Desde esa tarde, prefiero la playa desierta en invierno :)