Los treintañeros somos una generación puente. Hemos vivido en nuestras carnes la eclosión del mundo audiovisual —invadido de estímulos más que de argumentos— pero hemos coincidido todavía con los últimos coletazos de la cultura escrita. Es sorprendente la cantidad de referentes visuales que utilizamos, a veces sin darnos cuenta. En este caso sí que fue deliberado. Para la planificación de la foto que publico hoy tenía en mente el momento en el que el vaquero de “Teléfono rojo, volamos hacia Moscú” liberaba la bomba atómica de sus anclajes, montado en ella como si estuviera en un rodeo. Le pueden encontrar otra interpretación más enferma, que seguramente era la que tenía en mente Kubrick. Y definitivamente pensaba en ella cuando hice la foto.
Nada nuevo bajo el sol, pues. ¿Es lícita la apropiación de un referente? Creo que sí. Es una cuestión de gradación. Si conoces la diferencia entre reinterpretación y plagio, y la respetas, la utilización es aceptable.
Buenos días.
Modelo: flesh
Maquillaje: Meritxell Seva
1 comment:
Sobre la parca erótica... me ha encantado el texto, maravilloso, sobretodo porque soy de los que piensa que hay que ser, a veces un poco reacio a algunos documentales, tal como tu has dicho, sensacionalistas, y que no es bueno creer al 100%, pero que solo con que creas el 50%, te des cuenta de lo que realmente somos.
Es un poco aterrador pensarlo, pero es asi.
Un saludo Óscar, y recuerdos para Mery. ; )
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