3.7.09

YUKIO MISHIMA


Toda mi vida he sido consciente de la contradicción que se da en la naturaleza de mi existencia. Durante cuarenta años, he luchado por solucionar ese dilema escribiendo obras de teatro y novelas. Cuanto más escribía, más descubrí que las palabras no son suficiente. Así que encontré otra forma de expresión”.

Palabras de Yukio Mishima en la película, Mishima, una vida en cuatro capítulos, de Paul Schrader. De nuevo en la cartelera estos días.

La nueva forma de expresión de la que hablaba Mishima era la acción y su intención, el retorno al Japón tradicional, despojándolo de cualquier ropaje occidental. Su escenificación suprema fue el intento de alzamiento en un cuartel militar, saldado con la mofa de los soldados ante las arengas patrióticas de un desbordado MIshima que cometió su última huída hacia delante con un sepukku (suicidio ritual) en el mismo cuartel.

Patético. Mishima es el claro ejemplo de que arte y vida no tienen nada que ver. Uno puede ser un artista brillante y el ser humano más mediocre y ridículo al mismo tiempo. La brillante película de Schrader obvia que, cuando uno de sus correligionarios en la especie de milicia tradicional que creó intenta culminar el sepukku falló en su intento de decapitar al artista por tres veces. Hasta en eso fue patético su final.

Quería ser Elvis Presley y después abominó de occidente. Por suerte, tenemos su obra. Y la película de Schrader, que revisé ayer, veinte años después, y disfruté igual que la primera vez. Véanla.

Y, para finalizar, otro párrafo de Mishima que me autodedico:

La edad media del hombre en la Edad de Bronce era de 18 años, en tiempo de los romanos, 22. (…) Cuando un hombre alcanza los 40, no tiene la posibilidad de morir de forma bella. No importa lo que intente, morirá de decadencia. Se tiene que obligar a si mismo a vivir”.

La banda sonora de Philip Glass complementa la película a la perfección:



Y la fotografía, de Grace Jones en el Sónar. Como Mishima, ella también se pone máscaras para enfrentarse al mundo. Como todos, de hecho.

Buen fin de semana.

1 comment:

Tomás said...

Las últimas palabras de Johnny habían sido algo así como: "Oh, hazme una máscara".