8.6.09

PRIMAVERA SOUND (y IX): RECAPITULACIÓN


Todos los festivales tienen sus pifias. Bien aquellos artistas que no aportan lo que se espera de ellos, bien aquellos cuya programación es un misterio porque es evidente que no tienen nada relevante que aportar. El Primavera Sound es, para mí, el mejor festival de música rock y pop que se hace en este país. Pero eso no le libra de que, cada año, se cuelen algunos pufos que la guía de la modernez nos quiere hacer pasar como los próximos bombazos. Confeccionar listas es convertirse en dios, en demiurgo, pensar que la opinión de uno puede tener algún valor. Disculparán pues el acto de osadía y pretenciosidad, pero permítanme asirme a la circunstancia de que absolutamente todos los que estábamos en el festival confeccionamos la nuestra, hagámosla pública o no. Intentaré dar una pequeña explicación de por qué califico a los artistas, ya sea positiva o negativamente. Queda claro que sólo opino de las actuaciones que presencié. Y no pude ver todo el cartel.

Los esenciales:
Joe Henry: Por ser elegancia convertida en música, por ofrecer un directo lleno de matices, especial, mágico. Porque no inventa nada pero lo reinventa todo.
My Bloody Valentine: Por rompernos los tímpanos (y de paso, el equipo de sonido de la organización), con su ruido bello, totalmente vigente. Por convertir la música en algo físico, que te noquea (y no exagero).
Neil Young: Por realizar un concierto lleno de vitalidad y detalles y dejar en evidencia a muchos de los veinteañeros que pretenden comerse el mundo con pose, no con música.
The Bad Plus: Porque nunca la fusión entre rock, pop y jazz sonó más fluida y natural. Por ese batería que es un don de dios.
El Gremio: Porque si rapearan en inglés y vinieran del Bronx todos les estaríamos riendo las gracias. Porque su música es original y abraza cualquier influencia que les convenga. Por un directo espectacular.

Los olvidables:
Phoenix: Porque su carta de presentación es “ser novio de Sofía Coppola” y son un remedo indie de los Maroon 5. Chicos bonitos, canciones insustanciales. Flor del momento. Con fecha de caducidad.
John Maus (en la foto): Porque hacer un directo con toda la música enlatada no es un directo, es una estafa. Porque desgañitarse entre el público no da marchamo de autenticidad, sobre todo cuando utilizas los servicios de seguridad para mantener el espacio. Para eso, quédate en el escenario. Porque todo lo que ofrece lo hizo mucho antes —y mucho mejor— John Foxx.
Sunn O))): Porque la liturgia de las capas y el humo sólo intentan esconder la vacuidad de su música. Porque son una broma, una hipérbole de los estilemas del rock and roll más trasnochado —ya saben, el rock como religión— y pretenden hacernos creer que van en serio. Por caraduras.
Alela Diane: Porque sus canciones no son nada del otro mundo, su interpretación en directo tampoco y porque una parte no desdeñable del público estaba en el Auditori por sus atributos físicos más que por su música. Porque su grupo —familia y amante—, parecía sacado de La Matanza de Texas. Miedo, mucho miedo me dieron sus gorgoritos y autocomplacencia.

El Primavera Sound 2009 es ya un recuerdo. Tiempo de moverse hacia delante.

Buenos días.

4 comments:

SUE said...

Fotaza la de hoy y un resumen crítico que se agradece.

Gracias por los ánimos, no te imaginas lo contenta que estoy...esperemos que las palabras se hagan hechos...

Creo que he recuperado mi vena cómica..sólo nos falta que se vaya este temporal que nos está dejando más que pasados por agua.

Bikiños, gafapasta!

SUE said...

Fotaza la de hoy y un resumen crítico que se agradece.

Gracias por los ánimos, no te imaginas lo contenta que estoy...esperemos que las palabras se hagan hechos...

Creo que he recuperado mi vena cómica..sólo nos falta que se vaya este temporal que nos está dejando más que pasados por agua.

Bikiños, gafapasta!

Tomás said...

Sr. H. Bloom. Eres muy cruel con Alela (¡Qué preciosidad! ¡Qué rostro angelical mi Faustine! ¡Con que gracia asía la guitarra y miraba al frente! No era autocomplacencia, era timidez) ¿Amante? ¿Incesto? No pierdes ojo, ironías a parte.

David King, aunque sin llegar al nivel de Jojo Mayer o Jamire Williams, es un músico que da gusto fotografiar, aunque esta vez no fue posible. ¿Y qué decir del estatismo de Los Punsetes? O la inmadurez de The Horrors a la greña con los técnicos de sonido, la propuesta "rica" en matices de Lightning Bolt, etc. Para todos los gustos y públicos, cómo debe ser un festival, y ya un recuerdo dentro de un recuerdo.

¿Y ahora qué? Who Knows.

Tomás

Óscar García said...

Sue: Muchas gracias a ti por pasarte y leer el tostón de hoy. Bikiños también para ti. Y ya sabes, a por ellos.

Tomás: Jajajaja, todavía me faltan unos cuantos kilos para llegar a imitar al querido Harold, jajajaja.

No me creo lo de la timidez de la Diane. Explota los mohínes de falsa timidez como la Russian Red. No te fíes ni un pelo de su rostro angelical. Mejor, no la mires y escúchala en directo. Así verás que no es para tanto.

Te vas a reír, su pareja es ese bajista de infausto recuerdo que parecía trasplantado de un grupúsculo heavy y fusionado con Devendra. Malas lenguas me comentaron que los vieron abrazaditos durante el concierto de Neil Young. El Sr. King, aparte de ser de mi misma quinta, es un gran batería, a diferencia de mi. Y te he de llevar la contraria. Sí que fue posible fotografiarlo. Difícil, pero posible. :-)

Yo a los Horrors me negué a verlos. Uno tiene ya una edad para estar perdiendo el tiempo con criajos.