11.6.09

LA ROSA



Sales a la calle el día de Sant Jordi y te encuentras miles de rosas. Pero toparte con una tatuada tiene algo de mágico, un cierto aire de predestinación. Le pedí una fotografía, claro.

En un primer momento, era el brazo el que llamaba mi atención. Revisando la imagen, son los ojos los que me atraen. O su mirada. Porque siempre es la mirada, claro. Esa expresión de confianza, sorprendente en alguien totalmente desconocido. En una rosa que me encontré en Barcelona el día de Sant Jordi.



Buenos días.

1 comment:

SUE said...

Siempre me ha gustado esa tradición vuestra del día de San Jordi; lo de la rosa y el libro.

Tienes razón...impactan y tienen más encanto aún los ojos de la chica que el tatuaje mismo.

Y qué decir de la buena de Doña Concha!

Besos vigueses, Óscar!