6.8.09

MECIDA POR CUERDAS


Todos buscamos nuestros caminos.

Unos te atan, otros te liberan.

Buenas tardes.

4.8.09

EN RECUERDO DE MAITANI


Yoshihisa Maitani murió a finales de julio, a los 76 años, por una insuficiencia respiratoria. Apenas nadie lo conoce, pero es uno de los grandes nombres de la fotografía. Y no por sus instantáneas, sino por las cámaras que diseñó junto a su equipo técnico. Absolutamente innovadoras, diferentes, únicas. De entre sus realizaciones, todas ellas para la casa Olympus, destaca el sistema Pen, y, por encima de todo, el sistema OM, la única cámara réflex con las ventajas de la Leica: pequeña, ligera, silenciosa y capaz de captar fotografías a baja velocidad sin vibración.

El equipo de Maitani creó un sistema avanzadísimo para 1972 y, aún hoy, con características que no han sido igualadas por ninguna otra cámara. Curiosamente, poco antes de que se conociera su muerte, llegó a mis manos el elemento cumbre de su sistema, la OM 3ti, que atesoro y utilizo con fruición.

Podría estar glosando las bondades del sistema OM durante días, pero todas ellas se reducen a una: Maitani fue un diseñador de cámaras para el que el objeto no era lo importante, sino su función, dar respuesta a las necesidades del fotógrafo: Primero conoce qué necesita y entonces crea la herramienta adecuada para él. Ésta es la gran diferencia con respecto a la competencia.

Como buen japonés, Maitani, más que un técnico, era un pensador. Algunas de sus frases valen su peso en oro:

El deber del fotógrafo es mejorar y ampliar sus técnicas, sin olvidar que el conocimiento de la técnica sólo es una herramienta para asegurar que la cámara será utilizada exprimiendo todas sus posibilidades. Tantos fotógrafos sobrevaloran las funciones propias de la cámara… Pero me temo que un cocinero que sólo confía en la calidad de su cuchillo no puede garantizar la creación de platos excelentes”.

El objeto de la fotografía es expresar lo que hay en tu corazón y en tu mente. La técnica no es más que un intermediario de esa expresión”.

La cámara es sólo una herramienta para tomar fotografías. Como diseñador, quiero crear una cámara que sea inseparable del fotógrafo, una cámara que no interfiera”.

Se merecería un homenaje, aunque la mejor celebración de su obra se da cada día, con los millones de fotógrafos que seguimos utilizando sus cámaras como herramientas fiables, ligeras, cómodas y efectivas con las que intentar fijar nuestros sueños y visiones.

Descansa en paz, Maitani. Tus “hijas”, como las llamabas, siguen hablando de ti.

La imagen de hoy, del grupo Árnica, captada con la Olympus OM 3ti

Buenos días.

3.8.09

UN ÁCRATA EN LA CORTE DEL REY CARMESÍ


Érase una vez un guitarrista y compositor privilegiado que avanzó nuevos caminos musicales, allá por los años 70. Se hacía llamar el rey carmesí y produjo unos álbumes que, más de 35 años después suenan tan avanzados como en su día. Lamentablemente, la inspiración decreció con el paso de los años. Si en los 80 seguía las corrientes más avanzadas, pero ya no las lideraba, desde entonces se ha enrocado en una suerte de minimalismo de arpegios repetidos obsesivamente. Un bucle infinitivo del que parece no poder salir.

Perdida la inspiración, queda el poder. Así, se reconvirtió en maestro de nuevos músicos. Y, desde hace unos veinte años, ofrece seminarios de dominio de la guitarra cuya organización se acerca al sectarismo. En cada ciudad, el maestro actúa con sus alumnos en una serie de conciertos de cara al público que, por supuesto, tienen precios dignos de grupo de primer orden. La jugada es perfecta. Se cobra a los alumnos por sus enseñanzas y al público, ansioso de reencontrar migajas de ese glorioso pasado, por la actuación.

El sectarismo se manifiesta en la férrea disciplina a la que somete a sus alumnos y a la audiencia. Cuando uno se dispone a entrar en la sala, el personal de atención al público insta a cada espectador a leer un mensaje en el que se advierte de la imposibilidad de captar el evento por los perjuicios que esa actividad causa a la concentración de los artistas y apela a la “buena voluntad” de la audiencia. Antes de empezar la actuación, cinco alumnos repiten, en catalán, español, inglés, francés y alemán, ese mismo mensaje.

Pronto, el espectador descubre que esa “buena voluntad” que el artista demanda a la audiencia no se da entre el numeroso cuerpo de vigilantes presente en la sala. Durante toda la actuación, se desplazan por entre el público sin la menor consideración hacia las molestias que su comportamiento puede causar. Ese férreo y obsesivo control, esa dictadura para con la audiencia, es un ejemplo demoledor de poder. Dictatorial y excesivo poder.

Pero como es sabido, el poder no otorga la autoridad. El poder se obtiene por medios, lícitos o no, y la autoridad debe ganarse a través de la admiración o del respeto, nunca a través de la coerción.

Y, ante el poder omnímodo, siempre queda un poder mucho mayor: el de la acracia.

Un individuo puede burlar todos esos controles. Sólo es necesario paciencia, perseverancia, y, claro está, un poco de suerte.

Buenos días.