30.1.09

EVANGELISTA


Sigo degustando el concierto del miércoles. Muchas veces, cuando revisas fotografías, éstas te devuelven las sensaciones que vivías cuando las tomabas. Y recuerdo que éste momento, finalizando el concierto, me tocó especialmente. Flanqueando a Carla Bozulich, a la izquierda Daniel Domínguez, de Cuchillo, y a la derecha, Ches Smith, de cuya forma de tocar los timbales me declaro desde ya ferviente apasionado.

La falta de luz en la sala ayudó a la ambientación del concierto, oscuro, claustrofóbico. Pero en la desolación de las letanías de Carla se intercalaban mensajes con algo parecido a una pequeña vía de escape. Decía —y ruego disculpen si la trascripción no es exacta, pues la hago de memoria—: “Cuando crees que no hay esperanza, que no hay salida, di la palabra; simplemente dila: amor”. Así puesto, suena simplón, pero si se imaginan a esta fiera escénica escupiendo a gritos las palabras entre largos silencios mientras los músicos creaban una apoteosis del ruido, todo cobra una nueva dimensión.

La próxima vez que se pase por Barcelona, tengo claro que me encontrará de nuevo en primera fila.

Buenos días.

29.1.09

DELICATESSEN


Hasta el último minuto luché contra mi mismo, indeciso, sin saber si iría ayer a Caprichos de Apolo. Me apetecía mucho ver en directo a Carla Bozulich y su proyecto Evangelista. Además, el cartel se completaba con sendas actuaciones del percusionista Ches Smith y del guitarra Richard Bishop. Mi yo cansino repetía que sería una noche larga. Mi yo noctámbulo contraatacaba, “no te lo puedes perder”.

La velada comenzó con Ches Smith, que se hace llamar Congs from Brums. Algunos lo consideraron un plato demasiado duro para ser un entremés. A mi me pareció una delicatessen sublime. Para definirlo en cuatro palabras sería algo así como un batería experimental que juega con las sonoridades de los tambores, combinadas con su manipulación electrónica. Todo ello, sin perder de vista un discurso rítmico febril, polirrítmico a momentos, que lo emparenta con el jazz. Experimentación y jazz. No me extraña que haya colaborado con creadores del calibre de John Zorn o Tom Waits.

Hoy estoy cansado. Pero me alegro de que ayer triunfara mi yo noctámbulo.

Buenos días.

28.1.09

HILARIDAD


Para resarcirles de actualizaciones siniestras, hoy publico una que anima al optimismo, por lo menos visualmente, ya verán que, con el texto, vuelvo al redil.

Hay veces que se producen esas explosiones de hilaridad en medio de una sesión de fotos. Es entonces cuando dejo de concentrarme en conseguir lo que buscaba e intento captar lo que encuentro. Miro la imagen y me cuesta mucho no sonreír. Es una de las propiedades de la fotografía. Te puede alterar el ánimo, en este caso para bien. Pero, como ser cenizo es una condición recurrente en mí —y no digan que no les había avisado—, las trompetas del Apocalipsis vuelven a llamarme.

¿Hablamos de la crisis? Sí, acepto que mucho se ha dicho ya, pero yo no quiero centrarme en ella, sino en cómo está afectando nuestra conducta. Al igual que en la república de Weimar, tengo la sensación de que todos nos vemos en un trasatlántico que se hunde y dedicamos nuestros últimos momentos de vida a bailar al ritmo de la orquesta y a embriagarnos de champán. No critico esa actitud. Es más, si lo pienso detenidamente, quizás sea correcta esa inconsciencia. Llámenlo mecanismo de autoprotección si quieren. En mi caso, me divido entre las pulsiones hedonistas y el intento por racionalizar y entender el entorno que me toca vivir.

Pero ahora vuelvo a mirar la fotografía.

Y sonrío.

Buenos días.

Maquillaje y peluquería: Meritxell Seva


Modelo: Mònica