14.4.10

LAMENTO


Aunque quiera creerse el macho-alfa de la manada, el perro se sabe a disposición de los designios de sus amos, condenado a permanecer atado, a su merced, hasta que ellos decidan reemprender la marcha.

Desahoga su frustración con el lamento, un aullido que lo asemeja a sus congéneres los lobos, que no cedieron su libertad a cambio de seguridad y calor.

Buenos días.

1 comment:

Tomás said...

El que con lobos anda, a aullar aprende.