19.2.10

CONFETI


Inicio ayer del festival In-somni y tristeza ante lo visto. Abrieron la noche Anímic, un gran grupo de folk casi quimérico con personalidad propia, tan extraños a este mundo que parecen de otra dimensión. Sus tiernas melodías tuvieron que lidiar con un colchón de murmullos, estentóreos por momentos. Resolvieron la papeleta como ellos saben hacer, inmersos en su propio mundo, con la capacidad autista de aquéllos que saben que hacen lo correcto.

Y todos esos estridentes mozalbetes que me rodeaban, más atentos a sus revolucionadas hormonas que a lo que estaba sonando, ¿a qué habían venido? Por supuesto a ver a Els Amics de les Arts. ¡Qué lástima que cambiase el programa y no fueran estos los primeros en actuar, y así nos dejaran en la sala a los que vinimos a escuchar música!

Els Amics de les Arts son el ejemplo de que existen grupos cuyo legado hace más mal que bien. Me refiero a Manel. Cojan sus letras costumbristas, simplifíquenlas y móntelas sobre bases pregrabadas, aderécenlo con guitarra, teclado e instrumentos que mueven a la sonrisa, como el xilófono o la melódica, y se harán una idea de lo que sonó ayer. Mientras, las primeras filas berreando las letras como si estuvieran recitando los Diez Mandamientos. Vaya, ceremonia generacional en toda regla. En el escenario hubo disfraces, chistes y hasta confeti. Pero música, bien poca.

Acabó el concierto y la sala perdió la mitad de su aforo. Actuaban los Affoniks. No me quedé mucho más. Estaba demasiado disgustado como para disfrutar de su música.

Buen fin de semana.

1 comment:

zuma said...

gracias por tus palabras. es un alivio llegar a casa y leer la versión fidedigna de lo sucedido.

zuma