Qué difícil es fotografiar baterías. Y más, hacerlo desde el foso. A las alturas que suelen colocar ahora los escenarios se asemeja más a una trinchera o a un túnel que un pasillo para que nos podamos desplazar.
Como comentaba ayer, Tony Allen es una institución de la música. Pero el éxito que consiguió en el pasado no asegura nada en la actualidad, ese el gran drama y el gran mérito de las disciplinas artísticas. No pude verlo el tiempo que hubiera querido y, por lo tanto, no puedo ofrecer una opinión argumentada de su actuación. Lo que sí que puedo asegurar es que, a veces, las fotos no mienten. Hay miradas líquidas que expresan mucho más que palabras o conceptos. La mirada de Tony Allen muestra que cree en lo que hace. Para él tiene sentido. Y después de tantos años.
Leí en una crónica del concierto que Allen no golpea los parches de la batería, los acaricia. Me cuesta encontrar una forma mejor de expresar lo que escuché.
Buenos días.
2 comments:
Ay, amigo gafapasta! qué bonitas las caricias, no?...ya sean en una batería o dónde sea...
La palabra caricia, ya me parece bonita en sí misma. Me pasa por ser de letras, aunque sean mixtas.
Ya vendrán tiempos mejores, no?
Besazo, como siempre hasta Barna
Encontre tu blog por un comentario y estoy !!!!!!! te enlazo.
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