La camaritis es una dolencia común entre el colectivo de fotógrafos. Al ser la fotografía una disciplina artística, con sus incertidumbres e inseguridades, el colectivo de fotógrafos busca medidas de protección. La camaritis es la más habitual. Aquél que quiere ser fotógrafo escuda su inseguridad en un equipo que grite a los cuatro vientos "soy un profesional". Esta estrategia ha sido adoptada, y potenciada, por los departamentos de marketing de las empresas de material fotográfico, siempre dispuestos a aprovechar las carencias de sus clientes para venderles todo lo que puedan. Me he encontrado miradas de superioridad en ruedas de prensa de fotógrafos que comparaban su equipo con el mío. No me preocupan esas conductas clasistas, ya que siempre he sido un outsider, pero me hace gracia comprobar hasta qué punto han calado en este colectivo. De la preminencia del equipo en la consideración social del fotógrafo a la inexistencia de éste como artista sólo hay un paso. Y ya se ha dado.
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