2.3.07

My funny Valentine ...


... musitaba con un hilillo de voz Chet Baker, y nos hacía estremecer; nos obligaba a sentir la tristeza de estar vivos. Ese mismo sentimiento, entre depresivo y receptivo, es el que me invade cuando paso unos cuantos días en el dique seco, sin hacer fotos. Por suerte, estas últimas semanas han sido cualquier cosa menos improductivas. El fin de semana pasado, sin ir más lejos, me tragué 7 conciertos y colaboré en una sesión de fotos. Vale, lo de los siete conciertos tiene trampa: cuatro fueron en el Minifestival, y tres, en la gala de Marc Almond en el Apolo. Pero, aun así, no me negarán que el cómputo es elevado. Empecé la semana destrozado, con mis pobres huesos, que ya cargan con el peso de algunas décadas, maldiciéndome, pero feliz. Inmensamente feliz.


Ahora vuelvo a estar en barbecho. A la espera de que me ofrezcan cubrir otro concierto. Lo bueno del caso es que puedo postear en mi intermitente blog. Y puedo incluir en él una foto de Little Annie. La típica artista de la bohemia neoyorkina, un híbrido entre Nina Simone y Laurie Anderson. Que disfruten de sus bailes.

16.2.07

Siguiendo a los maestros


Uno tiene unos años y peinaría canas si no fuera porque está más calvo que una bola de billar, pero, en esto de la fotografía, se siente como un niño diletante y caprichoso. A pesar de tener el espíritu joven, este fotógrafo gafapasta sabe (o querría creer) que el éxito sólo se logra a través del esfuerzo, como se decía en "Fama".

La senda de la fotografía ya tiene más de un siglo, por lo que uno puede estar bien seguro de que, cuando crea que ha tenido una idea genial, alguien ya lo ha hecho antes y, probablemente, mejor. Por ello, una forma de aprender, de encontrarse a uno mismo, es a través de los otros, los que han hecho fotografías antes que tú y mejor que tú.

Así pues, como tímido homenaje a esos grandes creadores de imágenes que disparaban mucho menos que nosotros pero mucho mejor, les adjunto una fotografía inspirada en los 20 y los 30. Tómenlo como un ejercicio, como una muestra de impotencia o como quieran. Lo cierto es que este fotógrafo se lo pasó de muerte haciéndola.

No puedo terminar esta entrada sin reconocer la inestimable ayuda de Mireia, la modelo (además una gran fotógrafa, por cierto) y de la estilosa estilista Meritxell, que aunque lo es, mucho y bien, es mucho más que eso. Y ella lo sabe.

15.1.07

Cabaret punk


Los Tiger Lillies, o una mezcla lógica entre el cabaret berlinés y la irreverencia punk. Peinando canas pero dándoles sopas con honda a muchos jovencitos lánguidos. Fue ayer por la noche en la Sala Apolo, y la Ciudad Condal recibió con una entrada tibia a unos músicos que merecían mucho más. Hicieron dos pases, como las orquestas de pueblo, y mostraron al respetable que una edad provecta no está reñida con un espíritu cínico, burlón y resabiado. Vuelvan, por favor, y que la ciudad les rinda los honores que merecen.