10.12.09

LA CIUDAD DE LOS NIÑOS (II)


Niños en las calles, carritos de bebé en fila, como caravanas de vehículos, inmovilizados por el tráfico. Explosión demográfica, revolución silenciosa, apuesta por el futuro para olvidar el presente. Pequeños grandes dictadores haciéndose con el poder. Suyo es el mundo, suya nuestra voluntad.

Niños que justifican vidas, llenan vacíos y ocultan carencias.

Buenos días.

9.12.09

LA CIUDAD DE LOS NIÑOS


Fue la primera imagen que tomó al salir de la estación.

Los rollizos niños rubensianos de forja, apoyados en las columnas del puente, le fascinaron por su estética kitsch. No sabía que esa primera imagen sería profética, casi una alegoría de aquello en lo que se ha convertido la ciudad.

Buenos días.

4.12.09

EL NACIMIENTO DE VENUS


Un profesor de EGB citó una frase que, extrañamente, todavía permanece en mi mala memoria: “Tanto sabes cuanto sabes relacionar”. Es decir, que uno puede ser un genio de la memorística pero todo ese conocimiento acumulado será estéril si no sabe interconectarlo (causas, consecuencias, influencias, antagonismos, etc.). Una defensa de la lógica en tiempos ilógicos.

Me imagino que Botticelli se retorcería en su tumba si supiera que, tras aplicar dicha frase, utilizo el título de una de sus obras más reconocidas para abrir la entrada de hoy, pero no lo puedo evitar. La postura de la pin-up me recuerda en gran medida a la de Venus en la obra del insigne pintor. Curioso que, a diferencia de la tradición cristiana —que defendía que la mujer venía de la costilla del hombre— los mitos griegos afirmaban que Venus nació de los genitales del dios Urano. En ambos casos, sin embargo, la mujer nacía de partes del hombre, en una clara revancha ante los designios de la naturaleza, que indican exactamente lo contrario. Un claro ejemplo de nuestro inveterado complejo de inferioridad.

En fin, que, como les decía, la pose de la pin-up me recuerda en gran medida la de las Venus púdicas. Me permitirán que sonría al darme cuenta de cómo se difuminan las fronteras entre el gran arte y lo que muchos piensan que es un subproducto erótico. Como se imaginarán, nunca he creído en las fronteras.

Pasen un impúdico —y, a poder ser, largo— fin de semana.