Subes una escalera, superando peldaños. Las piernas pesan. A veces, tropiezas; otras, caes. Y al final, se acaba. Ya no puedes avanzar más. Hasta aquí has llegado.
¿Importa lo que has subido o lo que has experimentado mientras lo hacías? Evidentemente, lo segundo. Pero socialmente nos quieren vender lo primero.
La imagen, llegando a casa a altas horas de la noche, tras un concierto. Un pequeño descubrimiento mientras esperas que baje el ascensor. ¡Ay, el ascensor! También se presta a jugosas analogías. Pero por hoy es suficiente.
Buenos días.
No comments:
Post a Comment